You are my cat (Chat/Adrien x __)(+18)

Your little secret

Mas de un mes había pasado y el brazo de Chat ya había mejorado, tanto que ya hasta le quitaron aquel molesto cabestrillo del cual aquel rubio tanto se quejaba, y la verdad es que parte de su recuperación era gracias a aquél villano contra en el que tanto luchaba pues ya que ningún akuma había aparecido durante este tiempo, cosa que se te hacía muy extraña pero a la vez te daba alivio, pues como dije anteriormente esto ayudaba a que cada vez mas sanará el brazo de tu felino amigo

En cuanto a la relación que llevas con aquel chico, cada día que pasas junto a él te das cuenta de lo maravilloso y divertido que es, pues ahora que ambos ya se conocían mejor, ustedes ya conviven a la perfección, tanto que ya hasta verse del diario se les había hecho una costumbre, pues desde que lo recogiste aquella noche, aquel mitad felino tal y como te lo prometió, te visitaba diariamente en tu departamento todas las noches, a excepción claro de los fines de semana, ya que esos días te esperaba como buen gatito frente a los edificios frente a tu trabajo y no bajaba hasta que tus amigos se alejaran lo suficiente de ti como para poder bajar y acompañarte hasta tu casa

Esto último te sorprendió bastante la primera vez que lo hizo, pues a pesar de que te había advertido, tu no le habías creído, claro, esto cambio cuando de la nada veías como a ti y a tu amiga las seguía una sombra extraña que saltaba a través de los tejados, sombra que se dejo ver hasta que tu ya muy asustada amiga se desvío para ir a casa de sus padres como cada fin de semana lo hacía, dejándote finalmente sola con aquella extraña cosa que segundos después se presento ante ti y buen regaño le diste aquel día al ver que aquel ser era él, ahhh como olvidarlo, pobre gatito, no comió sus postres aquella noche, pues ese había sido su castigo junto a una larga hora en el rincón para que reflexionara sobre sus acciones, él había tratado de defenderse alegando sobré que tu ya sabías que esto pasaría pero esto no quitaba aquel gran susto que te habías llevado aquél día, así que aquel castigo no estaba a discusión, pero como dije, esto de acompañarte a casa los fines de semana se repitió y hasta te agrado, pues ahora hasta esperas aquellos días con ansias, pues te encanta disfrutar de su compañía y de sus bromas mientras vas camino a casa, obviamente aquel felino no se iba a enterar de esto, ya que no querías alzar mas su ego, era algo que preferías guardartelo para ti misma, tu pequeño secreto

Pero hablando del presente, hoy era un sábado, era pleno fin de semana y la cafetería estaba llena, cosa que por esta vez te tenia con los nervios de punta, ya que tenías que administrar muy bien tu tiempo para que en cuanto tuvieras tu hora del almuerzo pudieras salir corriendo a recoger aquel obsequio que estuviste buscando y preparando con tanto fervor para tu gatito, ¿recuerdas como una noche habías dicho que buscarías la manera de marcar a aquel mínimo para que todos vieran que ya estaba bajo tus cuidados? Bueno pues aquel obsequio sería la solución para aquel problema, había sido muy difícil encontrar aquel pequeño regalo, pues tu querías que este fuera algo único y que pudiera usar del diario aquel muchacho, y después de una ardua búsqueda por todo París por fin encontraste aquel perfecto regalo, el cual justo ahora te estaba comiendo el alma, pues debías de recogerlo ese fin de semana sin descuidar la clientela y sin que aquel felino lo supiera

-Ya dejate esas uñas ___, te van a quedar horrendas si te las sigues mordiendo así -mencionó aquella oji-miel que se encontraba junto a ti-

-¿Eh? Oh, si, las uñas -mencionaste algo distraída mientras terminabas de cobrarle a aquél cliente- lo siento, es solo que ya me urge que llegue la hora del almuerzo, necesito salir pero los clientes no paran de llegar, lo cual no me mal entiendas, es algo muy bueno pero... -diste varios golpecitos nerviosos con tus dedos en aquel mostrador-

-¿Pero? -pregunto curiosa la rubia mientras le entregaba su pedido a aquel feliz cliente que alegré salía de la tienda-

-Necesito ir por aquel regalo que te conté, el de mi gato, solo me dieron hasta hoy para buscarlo y los días anteriores no pude pasar por el, ya sabes, las tareas y el trabajo me lo impidieron -viste nerviosa a través del cristal que daba a la calle-