8.HOY POR TI Y MAÑANA POR MI

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3 de junio, 2014:
Ha pasado mucho tiempo pero esto se debe a que todo iba igual, yo seguía con mis flashback sin sentido y por lo visto sin opción a recuperar la memoria.
En este tiempo solo ha cambiado una cosa, Laura ya no es la misma, llevamos 4 meses saliendo y todo iba genial pero poco a poco ha ido hablándome menos y cada vez está más distante, lleva muy bien la pérdida de su padre así que dudo que el motivo de este cambio se deba a una recaída por ese tema, la última vez que hablamos fue hace dos días y la conversación acabó con un visto de ella, no le he hablado por si simplemente quiere estar sola unos días, no quisiera ser yo quien le rompa su paz.
Hoy era un día normal, mismo café y misma rutina, mientras le echaba un ojo al periódico vi un anuncio donde decían que habían abierto un nuevo restaurante con un ambiente muy moderno y me pareció un buen sitio para invitar a Laura a comer y poder hablar de lo nuestro, ya que todo iba perfectamente hasta hace medio mes. En este tiempo que no he escrito nada he conocido a su familia, su hermana y sus sobrinos, y recordé que tenía su número por si algún día pasaba alguna emergencia, decidí llamarla para ver si sabía algo de Laura.
-Hola Amparo- Le dije a su hermana.
-Hola, en que puedo ayudarte- Respondió.
-Lo siento por llamarte tan pronto pero llevo dos días sin saber nada de tu hermana y la verdad es que estoy preocupado ya que no responde a mis llamadas- Le confesé.
-Ah si... ella... pues... no se ha encontrado muy bien estos dos días... bueno lo siento tengo que colgar- Acto seguido colgó.
Pude notar el nerviosismo en su voz, no me creía ni una sola palabra, aquella voz temblorosa la delataba, no quise pensar nada en caliente simplemente me di una ducha mientras escuchaba algo de música para relajarme y así poder pensar en otras cosas.
Al salir de la ducha llamé a Laura para contarle la idea de ir al nuevo restaurante, me sorprendió bastante que cogiera el teléfono.
-Alex, ¿qué quieres ahora?- Dijo con tono de cansancio.
Llevaba meses sin llamarme Alex, siempre me llamaba por algún apelativo cariñoso.
-Eh... si, mira, han abierto un nuevo restaurante por esta zona y la verdad es que pinta bastante bien y me gustaría ir a cenar contigo y así hablamos de todo esto, tengo cosas que contarte- Le dije.
- Vale si perfecto a las 9:00pm nos vemos.- Dijo entre risas que no tenían nada de sentido debido a que la conversación era seria.
-Allí nos vemos- Respondí y acto seguido colgué.
No quería ponerme nervioso así que me hice una tila para contrarrestar la actividad física que me había dado el café. Después de una hora y media me llegó un WhatsApp de Laura donde me decía que sentía haberme hablado de esa manera y que si a la cena podía ir su amiga, la que estaba ingresada en el hospital y su novio, le dije que prefería ir solo con ella ya que teníamos que hablar pero insistió demasiado en que fuera su amiga y su pareja, no me quedó otra opción mas que decirle que si.
Me senté un rato a ver la tele mientras pensaba en que estaría pensando Laura sobre lo nuestro y así hacía tiempo hasta que tuviera que prepararme para ir a la cena, "solo será una cena, no conozco a las otras dos personas, pero bueno, siempre se me ha dado bien eso de ser sociable y aparte me imagino que Laura le habrá hablado de mi a su amiga y eso hará todo más llevadero" pensé.
Necesitaba distraerme para quitar de mi mente la posibilidad de que quería dejarme y no supiera como hacerlo, empecé a prepararme un café para luego tomármelo en la terraza mientras observaba el mundo que me rodeaba.
Fueron pasando las horas mientras observaba el mundo o revisaba redes sociales, "la verdad es que ha sido un día poco productivo" pensé. Al mirar el reloj vi que ya eran las 19:30 así que empecé a ducharme para prepararme para cenar, no tenía ganas de ir ya que no estaríamos a solas pero no podía cambiar de opción debía ir para sacar conclusiones sobre mis dudas con Laura. Fui a mi habitación a ponerme algo elegante y al abrir el cajón de la mecedora vi aquel amuleto, casi ni lo recordaba ya que tenía demasiadas cosas en la memoria pero no tenía tiempo para pensar en el motivo por el cual llegó a mis manos, opté por ponerme una camisa de botones blanca con una corbata negra y una americana negra acompañada con unos pantalones y zapatos a juego, el sitio era elegante así que se merecía dichas vestimentas. Mientras me peinaba frente al espejo de mi baño me dio un dolor fuerte en la sien y eso significaba otra visión de aquel día, no pude ver nada claro solo mi cara con una tela verde en mi cabeza y pude notar que alguien tocaba la puerta, después de está visión me senté en el váter para que se me pasara el mareo mientras apretaba con mis manos mi cabeza como si de algún modo eso fuera a ayudarme a quitarme todo esto de encima, me daba miedo pensar en el hecho de que estaría así para siempre y no podría llevar una vida normal sin dolores de cabeza ni mareos.
Estuve cerca de 5 minutos sentado hasta que me encontré mejor, seguí peinándome y luego me lavé los dientes.
Ya eran las 20:45 así que era un buen momento para ir saliendo de casa y dirigirme hacia el restaurante.
Al subirme en el coche recordé todos estos meses junto a Laura ya que solíamos ir  de noche a la playa a pasear, hablar y besarnos en la arena, noté una lágrima deslizándose por mi pómulo pero me la sequé y saqué el coche del garaje. Por el camino iba demasiado tenso a la vez que nervioso, el temor a la soledad de nuevo me hacía sentirme algo mareado pero no podía centrarme en eso, debía ir a esa cena, hablar con Laura y disfrutar de aquel nuevo local. Mientras llegaba a la ubicación del restaurante me llegó un mensaje de Laura donde decía que estaban en la mesa esperándome y que preguntara por ella en recepción y que había reservado mesa esa mañana justo después de nuestra llamada.
Conseguí aparcar rápido y me bajé del coche con prisa ya que siempre llegaba tarde a todos lados, el restaurante lucía bien, muebles negros y blancos decorados con objetos de color azul eléctrico, en la puerta había un hombre y supuse que debería de preguntarle a él dónde estaba nuestra mesa así que pregunté por el nombre de Laura y otro camarero me llevó hasta ella.
Al llegar vi a Laura acompañada de su amiga y el novio de ella.
-Hola buenas, lo siento por llegar tarde, las costumbres son malas de quitar- Dije mientras abrazaba a Laura con prisa- No me he presentado, soy Alex el novio de Laura - añadí.
-Ernesto, encantado- Dijo el chico con un tono amable mientras me saludaba con un apretón de manos.
-Cloe, encantada-Dijo la amiga de Laura mientras me daba la mano ya que estaba al otro lado de la mesa.
Al darle la mano por un momento recordé ese tacto y esa voz, me resultaba muy familiar pero no sabía de que, me di cuenta de que todos me miraban ya que estaba de pie y mirando al suelo mientras pensaba en todo eso.
-Oh lo siento, estaba pensando en mis cosas- dije.
Me senté en la mesa deseando que todo fuera bien y no dar ningún numerito con mis mareos.
Empezamos a hablar de cosas de parejas y de lo bonito que era tener a alguien con quien compartir tu vida pero seguía sin entender el porqué de esta cena cuando necesitábamos tiempo a solas ya que nada era igual pero al parecer a ella no le importaba.
-Bueno Alex, ¿te dedicas a...?- Preguntó Ernesto.
Trabajo desde casa, soy el creador de algunas páginas web de compra y venta y pues así me gano la vida, ¿y tu?- Pregunté.
Bueno yo soy el jefe de una cadena de gimnasios, Ernestsport, no se si te sonará pero bueno, así me gano mi dinero.- Respondió amablemente.
-Si, de hecho he hablado con él para apuntarme a su gimnasio y que el sea mi entrenador ya que me vendría bien algo de ejercicio- Añadió Laura.
-Si estás perfecta- Dijo Cloe.
Cada vez que Cloe hablaba me resultaba más familiar su voz pero no conseguía saber de que era.
-Te recuerdo que ella es mi amiga que estaba ingresada cuando me conociste- Me dijo Laura.
-Puede ser que su cara me suene de eso ya que fui un culo inquieto en aquel hospital- Dije mientras me reía levemente.
Por fin se me aclararon las dudas, me sonaba de verla por los pasillos o de haberla oído hablar en el hospital mientras estuve ingresado.
La noche fue pasando y nos habíamos ido de aquel restaurante para tomarnos unas copas en el "Blacknight" un pub donde suele salir la gente de fiesta, la verdad es que estaba tranquilo, no había demasiada gente y se podía bailar sin estar apretado por desconocidos. Le pregunté al camarero que por qué el bar estaba tan vacio y me dijo que esperara 10 minutos y que ya vería como cambiaba la cosa y efectivamente, cambió, nosotros habíamos llegado algo temprano. El pub se empezó a llenar de adolescentes que ya venían borrachos de fuera y de chicas que parecían llevar el Techno en las venas, por un momento perdimos a Laura y a Ernesto de vista entre tanta multitud así que nos acercamos a la barra para poder tener un hueco libre donde sacar el móvil y poder mandarles un mensaje para ver donde estaban, cuando nos sentamos en la barra saqué mi móvil y Cloe me lo quitó de las manos.
-Tranquilo, seguro que están entre toda la gente bailando o buscándonos, son mayores, no les pasará nada- Dijo riéndose.
-Oye no quería decirte nada en la cena pero ahora que estamos solos... tu cara y tu voz me resultan muy familiar y sinceramente no creo que sea solo de andar por los pasillos, estuve en coma 2 días y desperté con amnesia y no recuerdo nada del día de la operación y...- Mi conversación se vio interrumpida por una pelea de dos jóvenes dentro del bar. Agarré la mano de Cloe y salimos lo más rápido posible del pub.
-Madre mía, esta gente tienen las hormonas locas por dios- Dijo mientras se llevaba la mano a la frente y se sentaba lentamente en la acera.
Noté que le temblaba la mano, se había asustado con la situación así que le dije que fuéramos a la parte trasera del local que a dos pasos de allí había un mirador con buenas vistas y que al llegar llamaríamos a Laura y a Ernesto.
-Si, me parece bien, necesito algo de aire- Respondió.
Caminamos en silencio, la verdad es que fue un momento incómodo pero fue mucho peor doblar la esquina y encontrarnos a Laura y a Ernesto besándose en aquel mirador donde yo la había llevado para que se despejara de la muerte de su padre. Ellos no nos habían visto y Cloe rompió a llorar.
-Lo sabía, Erne llevaba cerca de un mes tratándome con poco cariño y se supone que hoy era una noche para arreglarlo y fue Laura quien nos dijo de venir porque seguro que nos vendría bien- Dijo entre llantos y gimoteos.
Yo no sabía que responder... estaba dolido pero a su vez me esperaba algo así, mis dudas resultaron ser ciertas, nada estaba como antes.
-Cloe... ¿Qué te parece si en vez de llorar aquí por alguien que obviamente no vale la pena nos vamos a la playa a intentar olvidarnos de esto y nos bebemos algún mojito mientras hablamos de lo asqueroso que fue estar en aquel hospital?- Le pregunté.
-¿Sabes qué? Me parece un buen plan, que les den... necesito alcohol- Respondió mientras se secaba las lágrimas con rabia.
Nos subimos en el coche y nos pasamos todo el camino sin hablar, yo miraba a la carretera mientras intentaba no llorar para no perder la visión y Cloe iba mirando por la ventana mientras recordaba todo lo que había vivido, o eso me parecía a mi.
10 minutos después.
Llegamos a playa, nos bajamos del coche y ambos cogimos aire fresco aspirando profundamente.
-Me encanta el tiempo que se queda en la playa por la noche- Me confesó Cloe.
-El sonido de las olas y este olor a mar vale millones- Le dije.
Nos pusimos a pasear por la orilla.
-Oye...¿Por qué te ingresaron? Si es que se puede saber- Le pregunté.
-Pues... es una enfermedad rara, se llama Síndrome de Arnold Chiari, y afecta al cerebelo y a la médula- Respondió.
-He oído ese nombre alguna vez pero no recuerdo donde- Le dije con voz dudosa.
-Pero eso no es todo, la operación es muy delicada y me ha afectado en la memoria a corto plazo de modo leve y no recuerdo nada del mes en el cual me operaron- Me dijo mientras encogía los hombros.
-Anda mira, compis de lagunas mentales- Dije mientras nos chocábamos los cinco.
Pude ver en su espalda un trazo de tinta de un tatuaje.
-Oye Cloe, no sabía que te molaban los tattoos, ¿Qué llevas en la espalda?- Le pregunté.
-Llevo tatuado un cerezo ya que mi abuela siempre me enseñaba fotos de sus viajes y le encantaba ese tipo de árboles y me lo hice cuando ella falleció, es mi forma de llevar su recuerdo- Me dijo.
-Pues justo algo que tiene que ver con cerezos me ha tenido a mi la cabeza dando vueltas durante meses- Le confesé con cara de sorpresa.
- ¿Enserio?, ¿De qué se trata?- Preguntó.
- Pues cuando desperté del coma...-
De repente sonó el teléfono de Cloe y el mío a la vez, eran Laura y Ernesto.
-Alex, ¿Dónde están?, Ernesto y yo llevamos media hora intentando encontraros- Me dijo Laura.
-¿Te crees que soy tonto?, Cloe y yo te acabamos de ver en el mirador con Ernesto y estaban bastante agusto la verdad- Le dije cabreado.
- Joder Alex.. lo siento ¿si?, no quería hacerte daño... pero lo nuestro no iba bien...- No le dejé acabar la frase y colgué la llamada, a unos metros de mi estaba Cloe gritando al teléfono insultando a Ernesto y echándole en cara todas las promesas que no había cumplido, no quise meterme así que me senté en la arena a esperar a que Cloe terminara.
Estuve un rato escuchando a Cloe gritar hasta que se quedó en silencio, noté que se acercaba a mi y me dijo que la llevara a casa que necesitaba descansar, le propuse quedarse en mi casa y que yo dormiría en el salón ya que me preocupaba que intentará hacerse daño debido a lo dolida que estaba.
-Vale Alex, muchas gracias, no me conviene estar sola en estos momentos...- Dijo mientras lloraba.
Le di un abrazo y fuimos caminando al coche. Una vez dentro del coche y estando en marcha Cloe abrió por la ventana y dejaba que su mano jugara con el viento mientras intentaba no llorar, me había parecido un gesto de niñez bastante tierno, se dio cuenta de que la estaba mirando y se echó a reír.
-Parezco una cría, lo se, pero es lo que hacía de pequeña cuando me cabreaba con mis padres- Me dijo entre risas.
-No soy quien para juzgarte, si te relajaba pues adelante- Le dije entre risas.
-Oye Alex... en serio, gracias por todo, se que también estás dolido pero gracias por no caer tu también para no estar los dos deprimidos... te debo una- Dijo mientras me peinaba con su mano algún mechón que se había movido con el viento.
-Hoy por ti y mañana por mi.- Respondí.

CAMPOS DE CEREZOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora