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Estuvieron toda la mañana del domingo en el parque, pasándola bien cantando y comiendo helado, donde por pedido del americano, se tomaron una foto los tres. Luego de que dejaron a Jihoon con su madre, volvieron al departamento del mayor, donde al cerrar la puerta de inmediato Jeonghan fue tomado en brazos.


- Joshua, probablemente después de que te vayas piense que esto fue un sueño, así que más te vale dejarme marcas y que el dolor en mi cadera dure días, como evidencia de esto - Se le abrazo por el cuello para empezar a besarle con intensidad.


- Yo pensaba ser gentil, pero si me dices eso... - Correspondió con fiereza al beso, para luego tirarlo sobre la cama del mayor. Hasta ahora, no lo habían hecho, solo habían dormido abrazados y besándose, pero no yendo más allá.


Ambos cayeron sobre la cama, con sus labios aun juntos en un húmedo beso, las manos del mayor desordenando el cabello negro del otro, tirando para mantenerlo cerca y continuar esa intensa contienda entre sus bocas, mientras las manos del americano se apoyaban sobre el colchón para no aplastar el cuerpo de su pareja.


Cuando sus caderas se presionaban juntas, las piernas del rubio se enrollaron en torno a la estrecha cintura del otro, deseando más contacto.


- Es la primera vez que hare el amor, así que lo siento si soy algo torpe – Joshua jadeo contra sus labios esas palabras, a lo que el otro se mordió el labio, pegándole en el hombro de forma juguetona.


- Eres el idiota más cursi que conozco – Movió la cabeza hacia un lado para dejarle paso a su cuello, que de inmediato fue llenado de caricias.


- Tu eres el primero que saco ese lado de mí, así que debes hacerte responsable aguantándome – Paso su lengua por la manzana de adán del rubio, sacándole un jadeo placentero.


El pulso de Jeonghan se disparó cuando noto sus manos grandes deshacerse de los pantalones, acariciando su entrepierna por sobre la ropa interior. Su piel cosquilleaba bajo la respiración del menor, el cual seguía murmurando lo hermoso que era.


A pesar de la excitación, logro quitarle la camisa a Joshua, admirando de nuevo ese torno lleno de cicatrices, que le hacía agua la boca por cómo estaba sutilmente marcado. Fue besado con agresividad, quedando totalmente rendido por cómo le derretían sus toques. Sin dudar, levanto la cadera cuando sus calzoncillos estaban siendo tirados hacia abajo, así que al poco rato, esa gran mano empezó a acariciarlo con una lentitud que llegaba a torturarlo.


Ahogo un gemido en esos labios que sabían a chocolate, probablemente por el helado que comieron más temprano, donde si bien no disfrutaba lo dulce, todo sabia perfecto en los labios del americano.


- Maldita sea, Joshua, tan solo métemela – Gruño contra sus labios, impaciente, ya que había pasado mucho tiempo desde que no lo hacía y ante el toque de su amante, su hambre acumulada por sexo lo consumía.


- Pero no quiero que te duela tanto – Era adorable como se preocupaba por él, pero no era el momento, así que con sus piernas se ayudó para presionar su erección contra la del pelinegro, dejándole en claro lo poco que le importaba quedar adolorido.

Una mala persona (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora