CAPÍTULO XXVI

199 17 0
                                    

Abro los ojos y lo primero que vislumbro es a Alex completamente dormido, está tan indefenso, no sé cuánto tiempo llevo viéndolo pero no me canso, él es todo lo que yo siempre soñé en un hombre, es atento conmigo, me protege de todos, de él en ocasiones y hasta de mi misma, hay veces en las que sin querer soy yo quien me hago el daño más grande con mis inseguridades y cosas locas pero él con un solo beso o una mirada me calma.

Decido que hoy les daré una sorpresa, tomo una ducha más o menos larga, me paso las manos por mi vientre y no lo puedo creer, estar embarazada de nuevo, tener un bebé del hombre que quiero, aunque me enteré de una forma un poco particular pero igual es mi bebé, va a depender de mí y voy a hacer lo que sea para que siempre esté bien.

Después de una hora he preparado un desayuno que se ve delicioso, es lo mínimo que puedo hacer por ellos dos, siempre son ellos los que hacen el desayuno y hoy quería darles la sorpresa, lo mejor de todo es que lo hice yo solita.

Una mesa servida y la cara de sorpresa de Elena. — Ada, se ve muy sabroso todo esto, ya me dio hambre. — No deja de mirar la mesa.

— No te tenías que molestar amore. — Alex me da un beso en la mejilla.

Estamos todos muy contentos y ellos planean todo lo que vamos a comprar para la decoración de la navidad en el apartamento, mientras ellos hablan como cotorras de esos planes yo pienso en que tengo arreglar lo del apartamento que ocupaba Andrew y Elena, lo mejor es que me deshaga de todo lo que hay ahí, tengo que ir a la cárcel a que él me firme y a todas estas, ya que me acuerdo Jane no me ha traído los papeles del divorcio, aún sigo casada con él.

— ¿Amore estás aquí? — Alex me saca de mis pensamientos.

El resto del día la pasamos comprando muchas cosas para el apartamento, de paso yo me compro un vestido y la pequeña hobbit también, Alex nos acompaña sin decir nada solo con una sonrisa en su rostro, él sabe que mi debilidad son las compras, pero las compras de vestidos, zapatos y joyas.

Cuando llegamos al apartamento comenzamos de inmediato a decorar y reorganizar el apartamento ya que ella no quiere esperar y como siempre Alex cede, así que no importa el cansancio que tenga la decoración la comienzan ellos. A Elena aún no se le ha dicho que yo estoy embarazada, sé que se pondrá muy feliz sin embargo quiero hacerlo cuando estemos en el viaje.

— Ada ¿qué te parece si ponemos estas fotos con las otras que tienes en la pared? — Me quedo observando el collage de fotos y creo que ya es hora de agrandarlo.

Con la monstrito comenzamos a poner algunas fotos de nosotros, sé que Alex fue el que le dio la idea y él fue el que le dio las fotos, cuando veo el resultado final del collage pienso que hemos hecho un muy buen trabajo, está increíble.

— Niña ya es muy tarde vamos a dormir. — Y en realidad si es muy tarde, ya son las tres de la mañana, Elena ya debe estar debajo de las cobijas.

— Nos quedó muy bonito verdad Ada. — Su orgullo y entusiasmo me contagia.

— Todo lo que se hace con amor siempre queda bonito. — Lo adoro.

Escucho un ruido en el baño y supongo que es Alex, como cosa rara me ha ganado, él siempre se levanta temprano, yo ¿por qué no puedo hacer lo mismo? A si porque soy una floja para eso. Me meto al baño y lo sorprendo, después de la noche que pasamos, básicamente nosotros no hemos dormido mucho pero quiero más.

Un pantalón y una blusa holgada es la combinación perfecta, para disimular un tris, me siento nerviosa cuando junto a Sara, ella me conoce a la perfección y no me gusta ocultarle nada pero pronto lo sabrá.

— Buenos días preciosa. — Le doy un beso en la mejilla a la mujer más hermosa que conozco y que existe en el planeta Tierra.

— ¿Mi niña qué ha pasado en el apartamento? — Me sirvo jugo de naranja.

ESTA VIDA Y LA OTRA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora