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El tiempo parecía no entrar en aquel mundo, era todo muy pacifico, se había quedado con aquella manada de Thestrals y que de alguna forma se entendían estos seres con ella... Aquella joven dormía debajo de la sombra de un árbol algunas de esas criaturas dormían a su lado velando el sueño de la joven.

—¿Ama Dracoin? ... ¿Ama Dracoin? Repetían el nombre de la joven mientras era sacudida con delicadeza, aquella chica abrió los ojos tratando de despertar —¡Ama Dracoin! Volvió a repetir el nombre de la joven llamándole la atención, en frente de ella esta aquella ella, una vez ya despierta, la joven la miro confusa, luego ella volvió a hablar. —Ama Dracoin, Jill quería preguntarle ¿Si la ama Dracoin no iba a preparar el pastel de limón para el amo Dumbledore? —

Había quedado pensativa, luego sus ojos se abrieron con sorpresa recordando la cita de esa tarde —¡Por las barbas de merlín! ¡Casi lo había olvidado! — Exclamo con cierto nerviosismo para levantarse de un salto asustando a uno que otro Thestrals por ese pequeño disturbo, entro a casa junto a Jill, fue directo a la cocina con rapidez había hecho algo de escandalo al entrar e hizo más mientras sacaba todo lo que ocuparía para hacer su mítico pastel de limón.

—Ama Dracoin... Grutus quería preguntar, porque Jill, Kyu y Grutus les gustaría saber si le podemos ayudar. — Pregunto Grutus con cierto entusiasmo.

—¿Ah? —Volteo a ver aquel trio. —Oh...pues creo poder arreglármelas sola. —Comento esta pero luego noto como los elfos parecía un poco tristes —Aunque... creo que no podría con todo...¿Esta bien si me podrían ayudar preparando otros pequeños pastelitos, preparar té y acomodar todo en la sala común? —Dijo esta con un tono dulce lo cual levanto los ánimos de los elfos y estos asintieron entusiastas.

—Ama... Jill se preguntaba, ¿Por qué no utiliza su varita? —Pregunto curiosa porque al parecer era la primea vez que veía como preparaba su famoso postre.

—Oh no, eso le quitaría un poco de ese amor, Mamá siempre preparaba sus cosas a mano, le daba un toque...unico. —Contesto esta con cariño mientras comenzaba a hacer aquella mezcla.

Un par de minutos después el pastel ya estaba echo en, la chica saco el pastel del horno y empecé a decorarlo, no paso mucho en la decoración termino veloz , el pastel se miraba muy lindo y sencillo.

—Ama la cocina huele tan rico... A Jill se le hace agua la boca. — Comento la elfa que había entrado en la cocina.

—Vaya, es cierto, huele muy bien. — Dijo mientras veia con ilusión aquel pastel y una sonrisa se reflejaba en el rostro de la joven. Por cierto...¿Qué hora es? — Pregunto tranquila, le contesto Kyu.

—Ama, faltan quince para las cuatro. —Respondió el elfo de forma tranquila.

—Vaya... termine a tiempo. — Dijo tomando un trapo para limpiarse las manos, miro su atuendo viendo manchas de harina. —Ay no, no tengo tiempo para arreglarme... Aahhh.... ¡soy un desastre! — Comento con preocupación sacudiéndose la harina.

—¡Ama!, no se preocupe, se ve tan hermosa como siempre. —Contestaron los tres elfos al unísono, aquella chica no pudo evitar sonreír por aquel simple pero lindo comentario, haciendo así que olvidase su preocupación.

—¡De acuerdo!, será mejor llevar esto a la sala y esperar a Dumbledore allí. — Comento la castaña con una sonrisa a aquellos elfos que también sonreían, la joven elfa empujaba un poco a la chica para que se apurara para ir a esperar al hombre mencionado.

Justo antes de poder entrar la joven suspiro y luego paso a su sala de estar, encontrándose con el hombre antes ya mencionado el cual estaba sentado hablando amenamente con otra persona la cual vestía de negro y le daba la espalda. Los nervios salieron a flote pues fue una sorpresa ver a dos hombres en su sala, de forma silenciosa fue a poner el pastel que había preparado con anterioridad en una charola de plata que reposaba encima de una mesa decorativa donde ya se encontraba el té y otros postres.

—Es bueno volverle a ver T/n— Hablo aquella peculiar voz, llamando la atención de la joven la cual se giro abruptamente y sonrió algo nerviosa, notando la mirada de ambos hombres, esta quedo sorprendida al ver al profesor Severus Snape.

—El sentimiento es mutuo Dumbledore. — Contesto la joven de forma amable y cálida. —Buenas tardes, Profesor Snape. — Saludo formal al hombre que no parecía quitarle la mirada, no podía evitar sentirse nerviosa por aquello pues era la primera vez que ese hombre estaba en su casa.

—Buenas tardes, Señorita Dracoin...— Contesto con aquella voz seria, este la miro de arriba abajo analizando cada detalle de ella con ese serio semblante y esa usual mirada.

El hombre de cabello blanco soltó una pequeña risa al ver el comportamiento de la chica. — Querida te vez nerviosa, ¿Todo bien? — Cuestiono el hombre con una sonrisa, de aquel hombre se desbordaba la tranquilidad y un buen humor.

La chica soltó una pequeña risita apenada por verse nerviosa, tomo la charola con los postres y acercarse a ellos. —¡Oh!, si, sí, claro, todo bien, es solo que aún estoy sorprendida por encontrarte de esta forma tan desprevenida. — Comentaba algo risueña ante su situación, esta puso la charola en la mesa de centro y se sentó al lado de Dumbledore. —¿Gustas que te sirva una taza de té? — Ofreció la chica amablemente al hombre a su lado el cual se noto contento por la pregunta.

El hombre asintió alegre. —Claro, si no es mucha molestia. — La chica al escuchar se repuesta, con un giro a su varita hechizo el juego de té de porcelana, este sirvió una taza de té, T/n tomo la taza y se la dio a Dumbledore, este la recibió con una sonrisa.

—Y usted Profesor, ¿Gusta de una taza de té?, ¿Algún postre? — Ofrecía la joven con un tono de amabilidad que endulzaría a cualquiera.

El hombre no pareció inquietarse por tan dulce amabilidad, este solo suspiro y negó con a cabeza ligeramente. —Tendré que negarme señorita Dracoin, pero le agradezco...— Rechazo el hombre en un tono amable pero serio, este se puso de pie, la joven castaña estaba a punto de ponerse de pie, pero el hombre la detuvo. — No se levante Dracoin. — Aquella chica obedeció y solo miro al hombre, este carraspeo ligeramente la garganta para volver a hablar. — Bueno Albus, fue un placer acompañarte a la casa de la señorita Dracoin, pero, tengo que irme, tengo asuntos que atender. — Comento serio dirigiendo su mirada hacia Dumbledore el cual degustaba de la taza de té, este lo miro con sorpresa.

—¡Oh!, ¿Te vas tan pronto Severus?. —Cuestiono con cierta sorpresa mirando a aquel hombre mientras la chica servia otra taza de té para ella.

—Si... Como dije estoy un poco ocupado. — Repitió lo mismo en un tono serio para después mirar de reojo a la joven un tanto disimulado de arriba abajo.

—Oh, Bueno, es una lástima. — Comento Dumbledore calmadamente soltando una risita tranquila.

— Me despido, lo veo después Dumbledore. — Su mirada se cruzo con la de la joven. — Señorita Dracoin...— Pronuncio el apellido de la joven en ese tono serio y frio que hizo que a la chica le recorriera un escalofrío en la espalda, para después desaparecer en frente de ambos.


Lamento si hay faltas de ortografía o palabras sin sentido en el texto, trato que no hayan muchas:(((

Si te gusto no olvides regalarme una estrellita y comentar que te a parecido, pies me ayuda mucho a seguir escribiendo y a saber si a ustedes les gusta.

¿Creen que podamos llegar a la meta de las 40 estrellas?

El rugir del corazón -Severus Snape y tu - [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora