AM. ZINC

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Pensé muchas cosas.
Primero pense en lo muy feliz y contento que estaba, seguía sin poder creer que todavía tenía la beca .
Después pensé en... mi fobia, ¿Qué haría llegando allá?... Tal vez saldría corriendo como siempre. Ahora tenía miedo; Talvez tendría que prepararme mentalmente para el nuevo reto que estaba a la vuelta de la esquina.

No quería.

No quería pensar más en eso, pues cada vez que lo hacía me dolía el estómago y me llegaba una fuerte migraña. Así que en vez de ahogarme solo en mis pensamientos (de nuevo), me fui a empacar como ordeno mi papá.

Puse lo escencial, no mucho pues allá podría tener lo que me faltará. Sólo puse unos cuantos cambios de ropa, calzado, utensilios de aseó personal, fotografías, mi cámara, mi cámara no podía faltar, era mi vida, guardaba las fotos más preciadas, cada vez que veía un color nuevo que llamaba mi atención le tomaba una foto, pues quería recordarle por siempre.

Preparatoria arcoiris = A muchos colores = Muchas fotos.

Una vez que terminé de guardar todo, me dispuse a dormir, pero, ¿Qué creen? ¡Sí! No pude dormir. Terminé durmiendo a las tres de la mañana

Lamentablemente solo dormí tres horas gracias a mí papá, pues justo a las seis de la mañana me levanto.

—¡Vamos Kook! ¡No tengo todo el día!

—¡Qué ya voy!

Bajé las escaleras de mala gana. ¿Por qué tenía que levantarme tan temprano?

—¿Enserio? ¿Seis de la mañana?

Me crucé de brazos y lo mire mal. Pero no dure mucho así, pues mi papá me miró igual o peor.

—Muy enserio.

Me señaló la puerta y yo tomé camino hacia ella. Mi padre tomo las llaves de la camioneta y salió junto conmigo.

—¿A dónde iremos?

—¿Eso importa?

—Si, ¿Y si me quieres secuestrar?

—¿Enserio Kook? Soy tu padre, tonto.

Mi padre me dió un golpe el la cabeza y me  miró como si hubiera dicho la peor estupidez del mundo, y bueno... tenía razón, acababa de decir la peor estupidez del mundo.

—Sólo cállate, y céntrate. No quiero que me hagas ningúna pregunta, si te pido que hagas algo lo haces, ¿De acuerdo?

Mantuvo la mirada fija en la carretera, pero con voz firme.

—De acuerdo.

Después de veinte minutos, llegamos a una plaza, muy grande para mi gusto. Una horrible sensación de malestar en mi estómago me distrajo. Miedo.

Tenía Miedo.

—Tranquilo. Baja del auto.

Mi corazón se aceleró de golpe, mis manos empezaron a temblar ligeramente.

—No, No pued-do.

—Si puedes. Te dije que hicieras lo que te dijera, así que sal del auto.

Me miró demandante y abrió los seguros del auto. Yo sólo lo miré en súplica, pero no funcionó. Salí despacio, sentí que el aire me faltaba, y una presión en mi pecho se presentó. Salí del auto, había mucha, mucha gente, mi corazón latía muy rápido y tenía mucho calor.

Voltea a ver el auto pero ya No estaba.

Mi vista se paseó por todos lados, de un momento a otro me sentí mareado, mi vista se volvió nublada, escuche algo, o más bien a alguien, no alcance a distinguirla, di vueltas y vueltas, ahora sentía calor... Y de un momento a otro, todo se volvió obscuro.

Color's | KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora