Capítulo 2.

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Suena el despertador, sin más tomo  el aparato y lo estampo al suelo destrozandolo por completo.

 - Ya me imagino los gritos de mamá cuando se de cuenta de que rompiste de nuevo el despertador, pobre de ti Allie - mi subconsciente me molesta, hago caso omiso para seguir durmiendo plácidamente.
 
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Llevo rato escuchando el típico discurso de mamá. No entiendo, no es tan malo romper seis despertadores en menos de una semana ¿o si?

-  Y te lo advierto Allison - Pongo los ojos en blanco ¡Aquí vamos de nuevo! - mientras vivas en mi casa harás lo que yo te ordene - ¡ Oh, vamos! ¿No puedes decir algo más creativo madre? -  ¿Entendido?

- Si, mamá - Uso mi falsa sonrisa de niña buena, esa nunca falla - entendido.

Mamá sale de mi habitación aún molesta. Me levanto y voy en busca de mi móvil; anoche antes de dormir lo olvide en el lavabo.

Reviso la hora en mi telefono celular - ¡Rayos, se te hará tarde para ir a tu primer día de clases! - por esta vez estoy de acuerdo con mi odiosa subconsciente.

Corro al baño y me doy una ducha rápida - Tu y tu duchas rápidas, pronto comenzarás a oler feo por no bañarte bien- ignoro a mi querida subconsciente, no tengo tiempo para discutir con ella ahora.

Salgo muy de prisa, me seco y me dispongo a buscar en mi armario algo digno de admiración, tengo que impresionar en mi primer día de clases.

Después de un rato decido ponerme unos jeans azul claro, un buzo que muestra mi ombligo y mis inseparables tenis.

 - Creo que esos tenis comenzarán a oler feo - como la detesto, ¿ no puede dejarme en paz? - pues no, soy tu subconsciente, no te puedes deshacer de mi, me soportaras el resto de tu miserable vida -  Pongo mis ojos en blanco y bajo a desayunar.

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Papá me llevará hoy, el resto del año tendré que tomar el autobús, yo lo odio; personas invadiendo mi espacio personal, hombres acercando su paquete a mi cara... simplemente asqueroso, no sé si podré soportarlo.

El tiempo se pasa volando, tanto que no me di cuenta de que habíamos llegado, papá tuvo que decirme. Me despido y bajo del auto.

Quedo estupefacta, no puedo creer que el jefe de papá sea tan bueno como para pagarme los estudios en una de las mejores preparatorias de todo seattle, si que debe tener dinero, teniendo en cuenta que solo soy la hija de uno de sus empleados. Tengo que hacer que papá se sienta orgulloso de mi.

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Al entrar me doy cuenta de que este lugar es igual ó quizá más hermoso de lo que es por fuera.

Estoy tan distraída que no me doy cuenta de que un chico viene hacia mi, pero nada más y nada menos que en una patineta.

El golpe me dolió, estaba tan distraida con eso que no me di cuenta cuando cai al piso, ya que cerré los ojos con fuerza -  ¡bah! Como si eso fuera a suavizar el golpe -  ¿¡Tu!? pensé que por lo menos estaría sin escucharte durante la escuela...

Abro mis ojos, y me encuentro con un chico muy atractivo, su pelo es color negro, y sus ojos... ¡oh, vaya! Sus ojos... son de un gris espectacular, nada que ver con mi color opaco.

Dejo de ver sus ojos para concentrarme ahora en la multitud de estudiante que nos miran con atención. El chico no ha dejado de mirarme, no puedo moverme, justo en ese instante me doy cuenta de que cayó sobre mi, al parecer nota mi incomodidad porque se levanta de inmediato.

Espero que diga algo, pero no... solo se va dejándome confundida. Eso fue extraño - más bien diría que es un poco maleducado, bueno no un poco, ese gilipollas es un maleducado de lo peor - odio admitirlo, pero quizá mi subconsciente tiene razón - siempre tengo razón querida, solo que tu nunca me escuchas - ¡No! Definitivamente no te soporto.

Voy caminando pensando en ese gilipollas de hace un rato, pero me tropiezo con una chica ¡hoy no es mi día de suerte!

- Lo siento ¿eres nueva? - se ve una chica amable - nunca te había visto por aquí.

- Si, mi nombre es Allison kelley, mucho gusto... - dejo la palabra en el aire esperando a que diga su nombre.

- Samantha . Mi nombre es Samantha Di Laurentis - Si, definitivamente es una chica agradable.

- Lindo nombre - recordé algo - oye, ¿Puedes decirme donde queda el aula 112?

- ¡Oh, claro! Justo ahora tengo clases ahí, ¡somos compañeras!

- Entonces vamos, llegaremos tarde, Sammy - me mira un poco sorprendida - ¿Qué?

- Nada - dice con una sonrisa - solo es que nadie me había dicho nunca Sammy.

- ¿Te molesta qué te llame de esa forma?- no quisiera que se molestará conmigo, es la única que conozco en esta ciudad hasta ahora.

- No, sólo que... - deja de hablar cuando ve aún chico moreno muy sexy observandonos - ven, llegaremos tarde a clases.

¡Eso fue demasiado extraño!

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¡Hola! Espero le guste el segundo capítulo de mi historia. Sé que no son muchos los que la leen, pero vamos poco a poco, les doy las gracias y les pido qu sigan leyendo. ¡Se vienen cosas buenas!

Érase una vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora