Al final de las clases regreso a mi casa con Sam.
Voy en busca de mi madre, la encuentro en la cocina. Nunca antes le habia mentido, bueno, nunca antes me habian invitado a una fiesta. Mentirle esta vez es necesario, quiero ir y no aceptaré un "No" por respuesta. Sé perfectamente que si le digo sobre la fiesta, enloquecera, me encerrara en mi habitación y no me dejara salir.
Si, así es Sherry Kelley, madre sobreprotectora y super controladora, no me deja ni respirar, solo miren como se pone por un simple despertador.
- ¡Mamá! - Grito detras de ella, se pone la mano en el corazón dramáticamente. Sam suelta una risita justo dentras de mi - Necesito pedirte algo muy importante, por favor.
- No. - Dice sin siquiera escuchar lo que tenia por decirle - no tengo dinero para uno de tus caprichos de niña, Allison.
- No es un capricho de niña - la miro suplicante - Necesito ir a la casa de Sam, tenemos un examen importante y vamos a estudiar toda la noche. Por favor, es muy importante este examen, puede ser el que defina mi futuro - pruebo una vez más sabiendo que dirá que si.
- Esta bien. - la abrazo fuerte y la beso por toda su cara.
- Gracias mamá, gracias, gracias - doy saltitos por toda la cocina.
- ¡Lleva las cosas necesarias para que vayas mañana al Instituto! - grita desde la cocina.
Sam y yo vamos subiendo las escaleras hacia mi cuarto. Recojo lo necesario para mañana y procedo a eneñarle a mi amiga mi mejor atuendo para esta noche. Al verlo Sam arruga la nariz. He aprendido que hace ese gesto solo cuando algo no le gusta.
- ¡Oh vamos a mi casa! ¡ Yo te prestare algo! - Exclama - Y recuérdame también llevarte de compras, lo necesitas.
Nos despedimos de mamá y nos vamos a la casa de Sam, es tres veces más grande que la mia, es espectacular por fuera y ni se diga por dentro.
- ¡Bienvenidas chicas! - Exclama una mujer saliendo de una habitación, supongo que es la cocina. - Tu debes ser Allie, Samty me ha hablando tanto de ti.
- ¿Samty? - pregunto y le lanzo una mirada burlona a Sam, ella me mira y arrugara la nariz.
- Mamá - Gruñe fastidiada - te dije que no me llamaras así, ya no soy una niña.
- Para mi siempre serás mi niña - Dice y sin prestar atención a la mirada asesina de sam, agrega - Vamos Samty, muestrale tu habitación a Allie.
Sin más que decir se va y Sam me arrastra escaleras arriba para enseñarme su habitación.
- ¡Tu cuarto es tan pequeño y acogedor! - Digo sarcástica - Me encantaría que mamá fuera tan amable y linda como la tuya.
- Oh, no te ilusiones, se pone intensa con el asunto de los chicos y el sexo. - Dice Sam con tono de fastidio.
- Mamá nunca me ha hablado de sexo. - Sam me mira incrédula.
- ¿Cómo es posible que una madre no informe a su única hija, sobre los peligros que supone el sexo? - parece no poder creérselo.
Me encojo de hombros.
- Bien, no hablemos sobre la irresponsabilidad de tu madre, luego pensaremos en eso, por ahora, enfoquemos todas nuestras atención es buscar un vestido lindo en mi Closet.- Dice muy entusiasmada.
Yo asiento. Ahora que lo pienso, agredezco a mi madre por no hablarme de ese tema, seria incómodo; aunque los libros me proporcionaron grandes conocimientos en el ámbito del sexo.
ESTÁS LEYENDO
Érase una vez.
Roman d'amourAllison, una chica solitaria e inteligente de 18 años. Su vida no tenía nada de especial, exepto su amor por los libros de romance, su día a día era rutina... lo único diferente eran esas maravillosas historias de amor que llenaban su imaginación, e...