→Capítulo X

22 5 2
                                    

Había hablando más de la cuenta. Horas y horas. Acostados sobre esas finas sabanas. Ninguno de los dos había sentido el tiempo que habían utilizado. Y sin querer,  sin ninguna intención tenía a camile abrazando su cintura. Su tibio aliento sobre su cuello, erizandole la piel desde hace un buen tiempo, con los ojos cerrados, y aún envuelta en un profundo sueño. Se veía mejor cuando dormía. Le provocaba follarla en ese mismo instante. Las ganas de hacérselo no se le habían ido. Al contrario, habían aumentado, es que con ella... con camile, ya no se sabía.

Moría por arrancarle la ropa, y hacérselo suavemente, despertandola con un delicioso orgasmo que escucharía a gusto. Se relamió los labios. Ahora mirándola dormir. Bonita, y sensual... pensó ahora.

De pronto, un ligero suspiro salió de los labios de camile. Abrió los ojos lentamente, encontrándose con el rostro de jimin. Ligeramente horrorizada. Retiró los brazos de la cintura de jimin. Había dormido mucho. Y podía jurar que no recordaba nada de lo que había pasado.

— ¿Pero que..? — susurró, sin saber por qué había despertado entre los brazos de el — ¿Qué pasó?

— Pensé que lo recordarías — con una sonrisa en los labios que no hizo más que preocupar a camile. — Tan bien que lo hemos pasado, muñequita

— Basta, dímelo ¿Si? Por favor— le rogó, tratando de recordar al menos un fragmento

— Voy a ducharme...

— Jimin, por favor

— Te he hecho mía — le dijo riendo. Camile abrió los ojos — Tu me lo pediste así que...

— Ya me oíste — se puso de pie, con ella todavía sobre las sabanas tendidas en el suelo. En un estado de shock

— ¡Eres un imbécil!

— Sí, sí, sí.. — jimin abrió las puertas desgastadas del pequeño baño. Se quito la camiseta

— ¡Un idiota!

— Cálmate — susurró de una manera tan tranquila

— ¿Qué me calme? — ella se puso de pie, alcanzándolo hasta el baño – Eres un maldito cerdo — le gritó, para ese entonces jimin la había tomado de los brazos. Deteniéndola.

La pegó contra la pared, ella no podía ni siquiera moverse. Jamás llegaría a igualar su fuerza.

— Sí soy un cerdo ¿Por qué has dejado que te haga lo de la otra noche? – le recordó. Un ligero calentón se pasó entre los dos. Recordando cuando ella se había dejado coger por el, de todas las maneras. A camile se le subieron los colores — No me insultes más si no quieres que repita lo de hace unas horas

— Te odió...

— Yo también

— Me das asco...

— Sí, guapa como quieras — puso los ojos en blanco. Ligeramente dolido por sus palabras — Una cosa más, ni te folle ni lo haré. No eres de mi tipo y nunca estaría con una niña como tu.. de esas, que se creen la gran cosa y al final....

— te terminan poniendo tanto que terminas masturbándote solo en el baño

— Que lindas palabras..

— Dime que es mentira, jimin

— No, no lo es... Terminé masturbándome la otra noche por que jamás terminaría de correrme con alguien como tu

— Sí jimin como no — intentó separarse de él. Para no llorar frente a su rostro. Sus palabras le herían en el fondo, muchísimo, pero el parecía no notarlo — ¡Suéltame!

— Aun no hemos terminado de hablar.

Secuestrada | Park Jimin |Pausada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora