change of mind ;; kth + jjk

is... green?

  Cuando Jungkook escuchó unos golpes insistentes en la puerta pensó que, tal vez, sería el chico que le traería su pizza (la cual estaba tardando bastante más de lo que decía su página web). Corrió a abrir la puerta con el dinero justo en la mano y todas las esperanzas de por fin cenar algo grasoso y para nada saludable.

  No podía distar más de ello.

  Cuando vio a Seokjin frente a su puerta se alegró. En serio. Quería mucho al mayor y siempre era divertido verle, pero no pudo esconder su extrañeza y, después, horror, al ver a Taehyung, con el cabello muy mal teñido (¿eso era verde... y naranjo?) y ebrio. Realmente se tentó a cerrar la puerta con llave y huir de sus amigos por un tiempo. Una lastima que era un "buen amigo".

  — ¡Jungkookie! ¿Cómo estás? —Seokjin no parecía notar la tensión en él, incluso le regalaba una sonrisa inmensa. Demasiado grande, a decir verdad. ¿Era idea suya o tenía un leve tic en una comisura? Era sospechoso.— Perdona que vengamos a verte así, Tae quería hablarte pero no quería venir solo.

  Jungkook se cruzó de brazos, apoyando parte de su cuerpo mientras observaba al mayor con curiosidad y algo de ironía, ignorando al, ahora peliverde, que parecía muy concentrado en la punta de sus zapatos— Ya. ¿El tinte y el alcohol los encontró de camino o qué?

  La sonrisa de Seokjin tembló un poco— Ah, sí. Cuando llegué a verlo ya estaba así, no me culpes por ello. —se defendió mientras levantaba ambas manos en señal de inocencia— En fin. Cuando lo encontré tenía ese horrible pelo verde vómito y estaba bebiendo como cosaco.

  El azabache observó al moreno, el cual ahora estaba mirándole con pena. No le dijo nada, y volvió a interrogar al rubio con la mirada— ¿Y lo trajiste en este estado a mi casa porque...?

  — Mi tía está de turno y no podía dejarlo solo, pero tampoco puedo quedarme con él o llevármelo. Entonces pensé que podrías, no sé, ¿Cuidarlo...?

  — No. Ni muerto, Seokjin.

  — Vamos, necesitan hablar y yo necesito irme. —dijo mientras le rogaba con la mirada— Si mi tía lo ve así cuando llegue del turno lo va a matar. En serio.

  — Pues será su culpa, no mía. —dijo mientras se encogía de hombros— Si tanto te preocupa, ¿Por qué no lo cuidas tú? Dile a tu mamá que vas a dormir a su casa o algo así. Son primos a fin de cuentas. —explicó.

  Seokjin negó— No lo entiendes. No puedo. Desde que mi madre se enteró de que salíamos de noche sin permiso no me deja dormir en la casa de Tae sin hablar primero con mi tía, y si habla con mi tía ella llamará a Taehyung y el chico espárrago —le mencionó mientras juzgaba con la mirada su cabello mal teñido— es tan idiota como para contestarle borracho y contarle que se bebió hasta el agua del florero.

  — Jungkookie, por favor. —la voz algo rasposa del susodicho les tomó por sorpresa a ambos, ya que hasta el momento no había intervenido en la conversación— Quiero hablar contigo.

Y Jungkook realmente quiso decirle que no. Incluso abrió la boca para ello, pero no pudo. No pudo por dos motivos que parecieron ser definitivamente prioridad en su mente:

  1) Taehyung estaba en un estado deplorable. Ebrio, con un desastre en el cabello y a punto de llorar (¿O era el alcohol que le ponía los ojos enrojecidos y llorosos?). En fin, el moreno más que mal era su amigo y, aunque sabía que no tenía por qué hacerse responsable de él, no podía dejarle así.

  2) Lo quería (mucho) como para dejarlo tirado ebrio y solo en su casa, o bien, dejarlo al cuidado de Seokjin para que se ganase aún más problemas con su madre (siendo que ya era responsable de la suspensión de ambos).