Axel
Desde que salí de Mont's fui hacia la casa de Bárbara debía ver si estaba bien, aunque ella no sabía que yo tenía la nota esta noche debía ir a ayudarla, cuando por fin llegué a la calle de nuestras casas me dirigí hacia la suya, me pare en frente de la puerta pero cuando iba a tocar ella salió, se veía con la misma cara desesperada, sin cigarros en su mano, era raro, tenia una mochila con muchas cosas que no se de que eran parece que iba a salir.
Saque una cajetilla de cigarros que traía que aunque no los fumara siempre los tenia era una costumbre tener siempre una cajetilla, sin titubear le pregunté —¿Quieres uno?— ella no me respondió pero lo acepto se vio muy apresurada le ofrecí fuego lo encendí y ella inmediatamente inhalo y le dio la primera calada.
—Gracias en realidad lo necesitaba, pero llegas en mal momento voy de salida— inhalo más humo y lo expulsó haciendo aritos con el.
Me quede mirándola tenía ojeras, el cabello en un moño desarreglado, se quedó un rato más la vi dar hasta la última calada del cigarro antes de tirarlo y pisarlo.
Después habló —Ya tengo que irme gracias— me dedicó la sonrisa más falsa que alguien podía darme y fue ella, auch eso dolió.
Pensé en algo rápido antes de decirle que yo tenia la nota, le sonreí le di un abrazo y le dije —Cuídate niña, emmm, yo tengo que estudiar— dije pasándome la mano por el cabello.
Después de dos segundos la vi alejarse a no se donde, sin que ella se diese cuenta empecé a seguirla desde el otro lado de la calle.
Bárbara
Axel se porto de maravilla esta mañana después de que me fui tan rápido del instituto, me saludo y me brindó un cigarro en realidad lo necesitaba más que nunca, tenía más de 3 días sin llevar un porro a mis labios ni inhalar su humo era asfixiante, no envenenarte con lo que más te gusta y te tranquiliza, que el me lo haya brindado fue un gesto increíble.
Después de un raro me fui apresurada en busca de mi padre me perdí en el camino y no lo volví a ver más.
Cuando llegue a su casa parecía que no había nadie, toque el timbre unas tres veces hasta que salió.
Se le pusieron los pelos de punta, sus ojos se veían más abierto que lo normal era asombro, pestaño varias veces para ver si lo que veían sus ojos era real, no era que me gustara estar aquí pero no tenía más opción debía hacerlo.
Dos segundos después tenía a mi padre lanzado sobre mi abrazandome y acariciando mi pelo diciendo una y otra vez que no podía creer que haya ido a verlo después de casi dos meses.
—Ven pasa— me dijo después que me soltó —disculpa el desorden Barbie he estado un poco ocupado estos días.
—No te preocupes— le dije.
Había un desorden enorme en esa sala, papeles y documentos regados y tirados por todas partes, los muebles, el comedor, todo lleno de papeles, me asombre pues no era para nada normal todo el desorden que había pero me puse a pensar y un hombre como él solo y sin nadie, su casa estaría así sin dudarlo.
—Deja hacerte espacio— me dijo acomodando y amontonando los papeles que estaban encima del sofá para que yo tome asiento.
El se sentó en frente de mi, nervioso y ancioso para saber el motivo por el cual estaba aquí.
—Papá no he venido aquí para tener una conversación normal, sabes que en otra ocasión no estaría aquí— al decir eso su semblante cambio por completo se sintió mal y yo tuve la culpa, aunque también me sentí mal he sido demasiado dura con él, pero él se lo ganó.
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La tragedia de Bárbara Collins
Teen FictionLa vida de Bárbara cambiará desde el primer instante en que se mude en su nueva casa. Bárbara se verá obligada a cumplir todos los deseos retorcidos y sádicos del responsable de la muerte de su pequeña hermana. Muchos misterios, muchas sorpresas y r...