PRIMAVERA

2.5K 284 128
                                    

Noelle estaba parada a un lado de la pizarra mientras les hablaba a sus compañeros. Estaba muy nerviosa e intentaba por todos los medios de no tartamudear tanto.

—Muy pronto será el festival de primavera y nuestra clase presentará un coro como actividad. Todos tienen que participar y ...—las palabras de Noelle fueron interrumpidas por cierta ave azul.

—¡Yo me opongo!—se quejó Berdley ante la propuesta de Noelle.—Kris no puede participar en el coro porque es sordo-mudo. No puede cantar—explicó volteándose para ver al humano. Susie se levantó de su silla con el puño cerrado, pero Kris la detuvo.

—Tranquila.—le dijo en lengua de señas.

—No permitiré que el idiota de Berdley se siga burlando de ti. Voy a romperle el pico—le contestó ella en la misma lengua y su semblante denotaba todo el enojo del mundo.

La clase, por otra parte, quedo asombrada ante tal acto. Ver a Susie emplear la lengua de señas con tal destreza los desconcertó. Sabían bien que el compañero de andanzas de la joven delincuente era un chico sordo-mudo, pero nunca imaginaron que ella aprendería lengua de señas por el bien del chico. Sin embargo, lo que ellos no sabían era que Susie había cambiado mucho y en muy poco tiempo.

—Sabes que Berdley tiene razón. No puedo cantar—le dijo Kris.

—Aun así. Esas no son formas de decirlo—respondió Susie aún molesta y volteó para ver a la chica reno.

—Bu-bueno. Kris puede participar en otra actividad—dijo Noelle nerviosa ante la mirada acusatoria de Susie.

—¡Sí! Kris puede tocar el piano—contó Monster Kid.—Puede interpretar algo. Así seremos la única clase que tendrá dos actos.—Toda la clase se mostró entusiasmada ante la idea. Pero Susie aún no estaba convencida del todo.

—Yo tampoco participare en el coro.—dijo la chica púrpura cruzándose de brazos. Kris suspiró con una sonrisa mientras negaba varias veces con la cabeza ante la actitud infantil de su amiga.

—Pe-pero...—musitó Noelle

—Entonces puedes ser parte del acto de Kris ¿Tocas algún instrumento?—le preguntó Monster Kid y Kris la miró en espera de una respuesta. Susie apartó la vista y respondió en lengua de signos.

—La guitarra—Kris sonrió satisfecho.

—Tengo un tema que Susie y yo podemos tocar juntos—el humano usó la lengua de señas, olvidando por un momento que, en el salón, solo Susie la conocía.

—¿Qué dijo Kris?—preguntó Monster Kid a Susie.

—Dice que tiene un tema que él y yo podemos tocar en el festival—respondió Susie con un tono seco.

—Esas son buenas noticias—dijo Noelle alegre con un tono cantarín.

(…)

Susie tenía su guitarra al hombro, seguía a Kris en silencio. El humano antes le había comentado de un sitio donde podrían practicar sin que los molestaran. En ese momento se encontraban caminando por un sendero tras la floristería del padre del humano.

El chico caminaba enfrente y en ocasiones volteaba para regalarle una sonrisa a su compañera. Cuando esto pasaba Susie le sonreía y luego apartaba la vista algo avergonzada. La suave brisa soplaba, meciendo las hojas de los árboles y llevando a la chica púrpura un olor dulzón a manzanas. ¿De dónde provenía? ¿Acaso había algún árbol cerca? Se preguntó mientras alzaba la vista para buscarlo y olfateaba el aire.

De repente Kris se detuvo y ella sin notarlo choco con él. El aroma se hizo más fuerte. Había encontrado el origen del aroma. Era el cabello castaño y ligeramente largo de Kris el que olía tan bien.

Se llevó la mano al rostro. Suspiró avergonzada mientras cubría su sonrojo. Su teléfono vibró.

«Nuevo mensaje de Kris Dreemurr (alias: nerd)»
Ya llegamos.

Susie leyó el mensaje y luego miró al chico que le sonreía emocionado a la vez que se hacía a un lado para dejarla pasar. La chica púrpura se acomodó la guitarra al hombro y tras un pequeño bufido caminó por delante de Kris.

La luz la cegó por unos segundos. Se refregó los ojos con molestia y cuando por fin su vista se adaptó a la claridad del ambiente, se encontró con un hermoso jardín de flores azules y doradas que estaba bajo una especie de cúpula natural hecha por los árboles que se alzaban hasta alturas indeterminadas. En medio de dicha obra natural de arte, había una pequeña construcción de madera semejante a un portal.

–Esto es…impresionante—Susie tenía los ojos muy abiertos mientras sonreía ante tal belleza.—¿Dónde estamos exactamente?—se volteó a preguntarle.

—Mi padre construyó este lugar. Solía pasar mucho tiempo aquí con mi hermano cuando era más pequeño. Era como estar en otra dimensión—explicó el humano con una sonrisa nostálgica. Se quedó pensativo.

Susie estaba por decirle algo cuando él chico agarró su mano de repente, guiándola hacia el pequeño observatorio de madera. Las enredaderas de hojas verdes y pequeñas florecillas blancas cubrían las cuatro columnas que mantenían el sitio. En medio descansaba un piano algo antiguo.

Kris soltó la mano de su compañera y se sentó en un banco frente al piano. Volteó a verla, la chica aún no salía de su trance, pero ante la mirada de Kris reaccionó y se sentó en una de las barandas de madera del observatorio.

—¿Empezamos?—le preguntó con una sonrisa afilada mientras sacaba su guitarra. Kris asintió—¿Qué vamos a tocar?—le preguntó. El humano la señaló y luego señaló su oído, en señal de que hiciera silencio y escuchará. Susie recostó su espalda en la columna y le hizo una seña con su zarpa de que prosiguiera.

INSERTE AUDIO DE LA MULTIMEDIA

Kris volteó y tras tomar una bocanada de aire comenzó a tocar una suave melodía que se perdía entre el eco del pequeño jardín. Cada nota estaba llena de un profundo sentimiento de nostalgia y felicidad. Era como un homenaje al pasado de aquel lugar. Susie pudo imaginar a un pequeño Kris correteando por los alrededores, siendo perseguido por su hermano. O simplemente sentados, justo como ellos estaban ahora.

—Un lugar silencioso—dijo en lengua de señas y cerró los ojos con una expresión de sosiego. La dulce y melancólica tonada continuo.

A QUIET PLACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora