OTOÑO

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Un estruendoso ruido metálico hizo que Kris se cubriera ambos oídos mientras una expresión de dolor se dibujaba en su rostro. En ese preciso instante en que se encontraba aturdido, alguien aprovechó para quitarle el audífono.

—¡Jajaja!¡Lo sabía!—se burló Berdley y dejó las dos varillas metálicas sobre la mesa detrás del humano, para luego pararse enfrente de la clase. La profesora Alphys aún no llegaba y los chicos disfrutaban de su corto tiempo libre.—¡Kris es sordo!—el azul mostró el audífono a la clase.

El chico de cabello castaño se ruborizó notablemente y cerró los puños con fuerza. Jockington y Snowy reían junto a Berdley. Noelle y Monster Kid miraban al humano con lástima y a los demás parecía darle igual la situación.

—¡Hey!—Berdley sintió como alguien agarraba su mano con una fuerza descomunal.—Esto es de Kris—Susie estaba tras el azul. La chica traía una expresión de pocos amigos y le quitó el audífono de la mano a Berdley—Vuelve a bromear con esto y te arrancó la cara de un mordisco ¿entendido?—lo amenazó y el azul tragó en seco mientras asentía.

Susie caminó hasta el puesto del humano—Aquí tienes Kris—dejó el audífono enfrente de él, pero este se levantó abruptamente y salió corriendo del salón. Cuando iba corriendo se cruzó con la señorita Alphys, pero esta vez la ignoró a propósito.

—¡K-Kris!—Alphys lo llamó al verlo pasar corriendo. Seguido del humano, Susie pasó cerca de ella, casi tirándola al suelo—¡Y Susie también!—exclamó la profesora.

—Lo siento Alphys, tengo prisa—Susie se encogió de hombros y volvió a echar a correr tras Kris.

El humano llego al extraño refugio rodeado de árboles de hojas doradas y rojizas cerca de la iglesia. Se sentó recostando su espalda a la puerta roja mientras se sujetaba las rodillas cerca del pecho. Susie lo había seguido hasta allí. Cuando recuperó el aliento se acercó a él, nunca imagino que el humano fuera tan rápido. Estaba por quedar a un lado de él cuando su teléfono vibró.

«Nuevo Mensaje de Kris Dreemurr (alias: nerd)»
No necesito tu lástima. Quiero estar solo. Vete por favor.

Susie se sentó a su lado y con cuidado movió el cabello del chico y le colocó el audífono. Kris no movió un músculo.—Pues que mal. Tendrás que aguantarme. De todas formas, pensaba saltarme las clases—dijo ella divertida. El humano hundió su rostro entre sus rodillas. Tenía su teléfono en la mano.

Sáltate las clases en otro sitio. Quiero estar solo.

—Tu no me mandas. No eres mi madre. Puedo hacer lo que se me antoje. Además, este lugar es público—espetó ella mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo. Kris la miró enojado mientras ella lo encendía.—¿Qué? Es tiza—dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa divertida. El humano se abalanzó sobre ella y casi le arrancó el cigarrillo de los labios. Nuevamente el celular de Susie vibró.

NO es saludable >:( Además, el olor es desagradable.

Ella lo observó rebuscar en sus bolsillos tras haber arrojado el cigarrillo a quien sabe dónde. Sacó una cajita y se la dio. Ella la tomó entre sus garras. Se trataba de una cajita de tizas de colores.—¿Son para mí?—le preguntó con un pequeño sonrojo. Kris asintió. Igual estaba un poco sonrojado.

Las vi ayer en una tienda y pensé que te gustarían.

La chica púrpura tomó una de color verde y la mordisqueo. Sonrió satisfecha mientras...¿degustaba? el delicioso sabor de la tiza.—Están muy buenas—sonrió.—Gracias freak—le dio un codazo amistoso y luego volteó a ver curiosa al humano.—¿Co-cómo se dice gracias en lengua de señas?—le preguntó. A Kris se le iluminó el rostro y escribió en su teléfono.

¿Te gustaría aprender? (0-0)

—Claro. Solo si puedes enseñarme por supuesto—respondió ella con una sonrisa afilada. Kris asintió y tomó las garras de Susie para colocarlas en dicha seña de agradecimiento. El humano puso sus manos en la misma posición e hizo el gesto.

Gracias

—Hey, es fácil,—dijo Susie divertida mientras repetía el gesto de Kris.—¿Me enseñarías otras cosas?—le preguntó ella.

¿Qué te gustaría aprender?

La chica púrpura se mostró pensativa.—Ya se. ¿Cuál es el gesto para freak?—preguntó emocionada y Kris sonrió.

A QUIET PLACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora