𝙔𝙤𝙪 𝙖𝙧𝙚 𝙢𝙮 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙥𝙧𝙞𝙯𝙚 ❝𝙆𝙊𝙊𝙆𝙑❞

II

-Por favor disculpe, Señor Jeon.

Las pesadas puertas de roble se abrieron y una voz de un secretario diferente se pudo escuchar en la oscura habitación.

Los muros y el techo estaban cubiertos con madera natural y tenía un efecto relajante y las luces hacían sobresalir el elegante ambiente. Justo frente al enorme ventanal se encontraba un enorme y lujoso escritorio. Combinado con los gabinetes de caoba, el inmenso escritorio era un elemento prominente.

Parado a un lado del escritorio, el hombre llamado Jeon continuó observando la ciudad debajo de sus pies a través de la ventana y no se dio la vuelta. Las facciones del rostro reflejadas en el vidrio no pasaban desapercibidas con frecuencia y los mechones de cabello que caían ligeramente sobre su frente eran el marco perfecto para su mandíbula, que parecía haber sido esculpida. El cuerpo bien tonificado estaba cubierto por un traje italiano de tres piezas que por lo general no se veía bien en la mayoría de hombres pero en él el traje exudaba una poderosa gracia. A primera vista, parecía un joven empresario común, pero la fría mirada de sus ojos hacía que la gente se lo pensara dos veces antes de hablarle. La atmósfera dura que lo rodeaba lo diferenciaba claramente de aquellos que hacían negocios lícitos.

-Acabamos de recibir un mensaje de la tienda de Akasaka. El oficial militar de los Estados Unidos que reportamos con anterioridad volvió a aparecer. Justo como la última vez, reservó una botella con el mismo pseudónimo.

-...Solo mantenlo vigilado. Quizás seamos capaces de obtener algún tipo de ventaja a través de él- respondió el azabache, con un cigarrillo en la mano. La apariencia de este hombre mientras miraba hacia abajo en dirección a la ciudad como si tratase de interpretar cada una de las luces, era la representación de la organización. El ganar el control absoluto y perseguir a alguien sin importar cuán débil era, era la forma en la que la organización de Jeon había ganado un nombre en el bajo mundo de Corea.

-En cuanto al incidente de esa fotografía en primicia en el club, fuimos capaces de hablar con las editoriales y detuvimos la publicación, pero al parecer la policía está husmeando el lugar. Aparentemente Harada, el secretario de un miembro del parlamento, ya era sospechoso de la policía. El que medió la reunión entre Harada y el narcotraficante era el gerente del burning sun y el incidente fue culpa suya.

-Harada aún nos es útil. Concerta una cita con el miembro del parlamento. Me encontraré con él personalmente. El narcotraficante... Nakaoka... comunícate también con él. Arreglaré todo antes de que la organización taiwanesa se involucre.

-¿Qué debemos hacer con el gerente?- el secretario solicitó las instrucciones con un tono de voz estrictamente de negocios.

-No tenemos más opción que reemplazar a quien sea que caiga tan fácilmente por dinero sucio. Te dejaré la limpieza.

La voz con tono barítono que dejó los labios sosteniendo el cigarrillo era sexy y bella y a la vez, fría y distante. Había varias razones que justificaban por qué la organización de Jeon había llegado a la cima tan rápidamente, pero la principal razón era la velocidad y eficacia de las decisiones hechas por su líder y debido a su absoluta crueldad. Sabiendo esto, el secretario no hizo el esfuerzo de preguntarle algo más.

-Entendido.

Haciendo una ligera reverencia a su jefe, quien continuaba observando a través de la ventana, el secretario salió rápidamente de la habitación.

Dejando caer las cenizas a un fino cenicero de cristal Baccarat, Jeon observó a las múltiples fotografías esparcidas sobre su escritorio.

El sujeto en todas las fotografías era el mismo.

...tan joven... no me sorprendería que aún f uese un estudiante...

Para ser coreano el color de su cabello era demasiado claro. Los mechones enmarcaban unas facciones infantiles mientras que sus ojos con forma de almendra mostraban una actitud terca.

-Vante... un joven y talentoso fotógrafo independiente... Tiene un buen ojo, pero de ninguna manera le voy a permitir que ensucie mi nombre.

Exhalando humo de su cigarrillo, los labios de Jeon formaron una fría sonrisa.

-Al parecer le espera un castigo...