Capítulo 8
-Gracias por ésto- le dijo Fei mientras se sacaba el casco y lo dejaba encima del sofá de un cuerpo.
Kwang min la miró y le sonrió. Aunque tendría que hablar con ella.
-Escucha, esta bien que vengas a quedarte por dos días, no molestas para nada pero tengo que advertirte que mi hermano, eh... trae a su novio y...
-¿Tendremos que salir cuando ellos lleguen?
Kwang la miró y le sonrió.
-Sí, eso- le dijo mientras asentía con la cabeza- ¿Comes algo?
-Quiero darme una ducha ¿Puedo?
-Claro- le dijo él mientras se dirigía a la cocina.
Observó cómo Fei se fue caminando hacia dentro de la casa y él tuvo que ocuparse de preparar algo para mantenerse ocupado porque se conocía lo suficiente para saber que no se quedaría quieto e iría tras Fei para compartir baño.
-Santo cielo- susupiró- Son solo dos días- dos días que comenzaba a correr a su favor para jugarsela por Fei.
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Jeong min se dirigió hacia la casa de Jia, se suponía que ella tendría que decirle algo importante o algo por el estilo... aunque su cabeza estaba en Sehun.
De una u otra manera tenía que conseguir que él le diera la oportunidad. Mientras que las palabras que le dijo su amigo hace tres días seguían rondando en su cabeza, supo que Sehun no eran las demás chicas, no era Min... Sehun era... él lo era todo para él.
¿Y realmente dices que no estás enamorado? le preguntó su cabeza mientras cruzaba la calle. Esa misma noche de la graduación supo que si lo dejaba ir sería un maldito estúpido. Personas como él se presentaban solo una vez en la vida, por lo tanto solo habían oportunidades reducidas para compartir su tiempo.
Odiaba sentirse así, tan... destrozado porque Sehun lo había abandonado esa noche. Levantando la cabeza hacia la calle, suspiró... iba a luchar por Sehun y por su oportunidad costase lo que costase.
Se dio cuenta que había llegado a la casa de Jia en el momento en que chocó con la pequeña reja que era característica de la cuadra. Jia era un poco loca... y pintó la reja de amarillo foforescente.
Según ella, había algo bueno en eso... en la noche no te ibas a perder, era el faro del barrio. Recordándo eso sonrió y golpeo las manos para, que segundos después, la muchacha salga mientras se recogía el cabello.
-Hey, hay una propuesta realmente interesante- le dijo Jia mientras lo invitaba a pasar.
-Tú dime- le dijo él mientras caminaba por el pasillo de piedras que lo separaba de los costados del césped del jardín delantero.
-Fei tiene un amigo, Kwang min, para ser exáctos.
-¿Él es algo de...?
-Son gemelos.
-Oh, continúa.
-Ellos tienen una banda y necesitan un último integrante. El punto es que sé que cantas bien así que... ¿Qué te parece?
Jeong min se paró en la puerta y la miró.
-Estás loca- le dijo negándo con la cabeza.
Jia rió y lo empujó hacia dentro de la casa. Lo condujo hasta su habitación mientras que en el camino se habían topado con Min que había decidido hacer de cuenta que ni siquiera lo había visto.