Atentamente: Para Ti

Un remedio para la distancia.

Recuérdalo sonriendo, en lugar de pensarlo con la mirada abstraída en la distancia. Quizás llevas tiempo sin observar sus ojos de cerca, pero eso no quiere decir que sea imposible para luego. Si está lejos, sonríe en honor de que pertenece a tu corazón, de que está allí en cada rincón de tu habitación y en cada carta que te obsequió. Sí, sé que las lees tantas veces aunque sepas lo que dicen. Desempolva sus regalos y siente como si te los hubiese entregado el día anterior. Recuérdalo feliz, en lugar de sumergirte en el abatimiento a causa del prolongado tiempo que llevas sin sentir el calor de su piel junto a la tuya. Observa sus fotografías con caras divertidas, baila como si estuvieses junto a él. No tengas miedo de recordar el momento más gracioso y terminar riéndote en el lugar menos indicado.

Mira al cielo y grita cuánto lo amas, espera que las estrellas aparezcan y míralas como si fuesen sus ojos. Habla de él cuando quieras y con quien quieras, siéntete orgullosa de tenerlo aunque en ese momento se encuentre lejos. No escuches las críticas u opiniones que pretenden hacerte sentir insegura; cancela tu sentido del oído, pues el único designio de aquellas personas es herirte ¡Y por supuesto que no puedes ceder a darles la razón!.

Sueñalo y confunde la realidad con la fantasía. Deja que el calor del sol te arrope entera y piensa que él también se detuvo a sentirlo. No te enojes si el clima arruinó tu día, sé que tardaste mucho para quedar así, pero la lluvia te limpia el alma y quizás un aire de frescura y libertad podrás sentir. Tu cabello podrá acicalarse luego, tan sólo recuerda cuántas veces te expresaba su admiración incluso al verte sin maquillaje... O despeinada. Él busca la naturaleza para recordarte, pues ama tu hermosura inmiscuida en lo etéreo de tu sencillez.

Recuérdalo de distintas formas, como lo prefieras, pero siempre hazlo de la mejor manera posible. La distancia es sólo una circunstancia de prueba para nuestro verdadero amor, nosotros mismos lo transformamos en un espejismo lleno de sufrimiento. Sólo tú puedes tener el poder de hacer de ese espejismo una verdadera enseñanza de lealtad y de amor inmarcesible o hacerlo abyecto y obstaculizante.