Mírate como miras el cielo.

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¡Detente un momento! Deja de pensar que siempre vas tarde al trabajo, que van a despedirte por ello y que hubieses, desde hace un buen tiempo, optado por algo mucho mejor. Deja de pensar que eres tú, entre todo tu grupo de amigos, la persona con menos o más kilos. Deja de pensar que no lograrás encontrar a un individuo que alcance tu nivel intelectual, emocional y espiritual. Vamos, deja de pensar que te quedas sin dinero cada vez más rápido y que nunca tienes lo que realmente quieres. Deja de pensar que te aceptarán con cualquier otra cara, menos con la que tú posees. Deja de pensar que es mejor no opinar porque lo que dirás podrá sonar estúpido para otros.

¡Detente un momento! Y escuchate... ¿De verdad avanzas hacia el lugar a donde quieres estar cuando te quejas y rechazas tu verdadera índole?.

Separate de todo y de todos, incluso de tus absurdos y vacilantes pensamientos; levanta la vista hacia la dulce y silenciosa melodía del cielo, contempla el conticinio mientras todos duermen y observa los cristales desparramados que habitan en ese cielo profundo. Respira ondo al apreciarlo, que sea esa la única vez que no lo hagas por desesperación o estrés.

Por lo general, con sólo mencionar que observes el cielo a mitad de la noche lo único que se te ocurre es enfocar tu mirada en la Luna y, sobretodo, en Las estrellas ¿Cierto?. Las estrellas son lo suficientemente brillantes y llamativas para traer consigo tu mirada. Son lo suficientemente hermosas para iluminar débilmente tu rostro, junto a esa porción plateada y vanidosa que suele ser la reina de la noche; nuestra Luna. Pero... ¿Alguna vez se coló por tu mente el raro pensamiento de ignorar cada una de esas estrellas e incluso pasar desapercibida a la Luna, sólo para ver los espacios vacíos y oscuros que el Universo nos deja ver desde aquí, desde la Tierra? Me temo que no, sería absurdo ignorar todo ese espectáculo nocturno y luminoso para quedarse viendo una simple y abstrusa oscuridad.

Ese cielo eres tú; eres un cielo oscuro que posee miles y miles de estrellas, las cuales representan tus virtudes y abnegación... Tienes una Luna inmensa y radiante, llena de amor y de compasión. Tú eres ese cielo, mírate a ti mismo sin vacilaciones ¿Qué prefieres observar?, ¿Tu Luna, dueña de lo hermoso y magestuoso que brilla y da vida junto a cada una de esas estrellas envueltas en amatorio divino? ¿U optas por alunizar e ignorar todo aquello mencionado por el simple hecho de sentarte a ver los espacios sin luz ni almíbar que posees?

Vamos, estas perdiendo el tiempo al dejarte llevar por la segunda opción... ¿Qué ganarías con tan sólo enfocarte en lo que no posees, en lo que te hace daño y en cada uno de tus defectos? A decir verdad, no obtendrías nada... Pero si te enfocas en tus maravillas bañadas en tu autenticidad, créeme que obtendrás mucho más de lo que estabas esperando.

¡Mírate como miras el cielo!

Atentamente: Para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora