Inicia una nueva semana, totalmente atípica para mi patética vida, tan diferente a las anteriores que estoy muy entusiasmada pensando en lo que vendrá –en realidad todo es diferente desde ese miércoles en especial- pero es lindo, en realidad porque lo vivo con excitación. En realidad la siento con nuevos aires, desde lo más profundo de mi corazón. Siento que va a ser muy alegre y positiva, llena de un nuevo brillo y color.
Todo gracias a las actividades pasadas, definitivamente el fin de semana pasado fue cien por ciento atípico, algo fuera de serie para mi tranquila y pasiva vida.
-¡Pasiva y Aburrida Mila! –me repito en voz baja.
Retrocedo mi disco duro mental y pienso que toda la semana que recién pasó fue sencillamente: Espectacular. Toda ella estuvo cargada de lindas emociones y sentimientos.
-¡Oh por Dios! –en este momento me percato que vuelo en una nube hacia el trabajo- sí, literalmente mis pies no tocan el suelo al bajar del coche para dirigirme hacia la sucursal y en mi rostro hay una luz. Siento que todo mi ser hay un brillo diferente.
Un nuevo corazón empieza a latir dentro de mí, uno alegre y sano. Disfruto más del día, de la vida, siento las esperanzas y las ganas de vivir intensamente, todo lo que hace unos cuantos meses había perdido y lo cual de verdad creí ya había dejado en el olvido.
De entrada al edificio, me cruzo con una de nuestras habituales clientes, ella nos visita desde hace ya varios años y es muy apreciada por todos nosotros, es una clienta muy especial –, pero me saca literalmente de mis pensamientos, porque sinceramente no la vi al llegar:
-Hola Srta. Branning ¿Cómo ha estado?
-Bien gracias Sra. Duninha, me alegra verla de nuevo. ¿Cómo ha estado? Teníamos mucho tiempo de no verla por acá. –le digo más que animada.
-Muy bien gracias Srta. Branning. Estuve fuera de la ciudad vacacionando con mi familia. ¿Puede usted atenderme, por favor?
De inmediato y sin dejarme contestar con una negativa, continúa.
-Sé que está usted muy ocupada y no quiero molestarla o interrumpirla en sus labores; pero de verdad me gusta mucho su trato y experiencia, apreciaría me atienda usted en persona.
Su sincera sonrisa no me deja otra opción que decirle que sí.
-Claro Sra. Duninha, con todo gusto, y no se preocupe no es ninguna molestia, para eso estamos, para servirle.
-Srta. Branning, por favor llámeme con mi nombre de pila, me siento más cómoda y menos formal.
-Claro, Sra. Violett, dígame por favor ¿En qué le puedo ayudar?
-¡Mila! Nada de señora, por favor sólo Violett. –sonríe.
Termino de atender a la Sra. Violett, me despido de ella y me dirijo hacia el escritorio, dispongo de inmediato a contestar los correos y cuando ingreso al sistema tengo 350 sin leer, y todos ellos importantes.
¡Rayos! Pero si apenas dejé de verlo hace escasas dos horas, creo que tardaré mucho en contestarlos, pero bueno al mal tiempo buena cara.
Reviso los títulos y remitentes para responderlos en orden de prioridad, tengo varios de mi jefe, de otras sucursales con consultas y procesos.
¡Oh por...! No puedo creer lo que estoy leyendo, tengo un correo de Alessandro Farré, el hombre que me hace derretir y hace que colapse mi sistema nervioso central.
¡Dios! Mi corazón late a mil por hora, mi pulso se acelera, no puedo controlar mis nerviosos dedos al colocarlos en el cursor de mi portátil, hago el intento para ingresar a leerlo:
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Mis Alas al Viento...
RomanceMila Branning es una joven entusiasta con una rutinaria pero perfecta vida. -según ella. Adora trabajar en West Bromwich Bank. (Los Ángeles, CA) Tiene amigos y una familia amorosa; vive rodeada de todo lo que siempre ha deseado; pero la pasividad de...