Jimin no sabía qué ocurría con Yoongi y SeokJin.
Ellos últimamente actuaban de manera extraña.
Y Jimin sólo quería que los gatitos no estuvieran metidos en serios problemas...
🐈Fluff.
🐈Híbridos.
🐈Muy fluff.
🐈Mpreg.
🐈En serio. Muy, muy flu...
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🐾
Jimin contuvo la respiración y parpadeó aturdido hacia el interior de la amplia alacena.
Faltaba mucha comida.
Demasiada en realidad.
Comenzó a buscar entre los paquetes y latas de alimento, seguro de haber comprado frituras un par de días atrás.
Pero todo alimento de ese tipo se había esfumado.
De hecho, haciendo un repaso mental, Jimin podía decir que más de la mitad de frituras, galletas y demás golosinas, habían desaparecido por completo.
Y sabía perfectamente quién era el ladrón y quién más era el autor intelectual.
Dirigió su mirada hacia la sala, dispuesto a encarar y reclamarle a Yoongi por no avisar que iba a robar sus galletas favoritas.
Era irónico decirlo, pero de esa manera Jimin no estaría tan furioso y tendría un pretexto para ir al supermercado a solas con su novio.
Si tan solo le hubiera dicho que las iba a tomar.
Así que ahora Jimin tenía hambre y estaba molesto.
Y esa era una muy mala combinación.
Cerró con fuerza las puertas de la alacena y a paso firme se dirigió hacia la sala de estar, encontrando a Jin vistiendo nada más que una amplia camisa de Yoongi en el sofá. Completamente acurrucado en su sillón, dormido con labios entreabiertos y mejillas sonrojada.
Aferraba por lo menos tres cojines en su pecho y Jimin sintió su molestia disminuir tan pronto lo vio.
Y a juzgar por las pequeñas migajas de galleta esparcidas por los gruesos y rojizos labios, Jimin supo que las galletas que Yoongi había robado habían sido exclusivamente para el hombrecito dormido en el sofá.
Y Jimin no podía culparlo.
Él también estaría dispuesto incluso a robar un banco si Jin se lo pedía con las dulces y eficaces artimañas tiernas que siempre utilizaba.
Así que suspirando un poco más tranquilo, Jimin se sentó en el reposabrazos junto a SeokJin y le observó en silencio.
Sus mejillas habían crecido un poco, ahora se veían más abultadas y rosadas. Delineó en silencio sus tranquilas facciones y sintió paz invadirle de inmediato, su suave piel brillaba un poco más y se veía más hidratada.
Algo en SeokJin, definitivamente estaba cambiando.
Físicamente podía decir que había ganado algo de peso. Y con solo ver sus gruesos muslos podía asegurarlo con firmeza.
La comida que Yoongi robaba para él le sentaba de maravilla, Jimin podía ver que las calorías de sus galletas se asentaban en sus jugosas caderas de forma artística y casi quería llorar por lo hermoso que lucía con esos gramos de más.