CAPITULO 13

2.8K 227 48
                                    

La mañana siguiente regresé a Kattegat para entrenar con los hermanos, cuando me crucé con Ragnar intentando persuadir a los aldeanos a que fueran con él a Inglaterra.

–¡Ragnar! –Lo llamé.

–Thea. –Sonrió, aproximándose.

–Quiero ir contigo y Ivar a Inglaterra. –Dije.

–Bienvenida a bordo. –Sonrió.

Me despedí luego de nuestra breve conversación y me dirigí hacia el hogar de los hermanos. Vi a Sigurd saliendo del gran salón y oí el grito furioso de Ivar.

Entonces la escena de la serie vino a mí. Sigurd había sacado a Ivar se sus casillas.

Fruncí el ceño y furiosa, salí tras él.

–¡Sigurd Lothbrok, ven acá! –Grité, causando que él volteara a verme con una media sonrisa.

–Thea la forastera, no creí que me busc...

No pudo terminar la frase ya que mi puño chocó contra su cara, causando que perdiera el equilibrio.

–¿¡Y eso por qué, loca!? –Gruñó, tocando la sangre que salía de su labio, ahora roto.

–Para que aprendas a respetar a Ivar, imbécil.

Entonces le di una patada en las bolas y caminé hacia el gran comedor, para tratar de conversar con Ivar y calmar su furia, aunque no sabía cómo.

Al entrar al gran comedor vi a Ivar muy molesto, sentado solo en la mesa.

–Ivar. –Saludé.

–Vete, Thea. Ahora no puedo lidiar contigo.

–Vamos a entrenar. –Dije, seria.

–Hoy no.

–No aceptaré un no por respuesta. Mueve tu trasero y vamos, Deshuesado. –Fruncí el ceño.

Ivar gruñó, pero bajó de la silla y me siguió hasta el bosque.

Una vez allí, Ivar se sentó en el tronco de siempre y me miró con seriedad.

–No escuches al imbécil del niño serpiente. –Dije, suspirando.- Él está enfadado contigo porque tu madre te cuidaba a ti y a él no cuando eran pequeños.

–¿Y tú como sabes eso? –Preguntó, mirándome.

–¿Recuerdas cuando te dije que sé mucho de ti? –Dije.- Bueno, lo decía en serio. Ahora, ¿entrenamos?

Ivar pareció querer decir algo, pero prefirió quedarse callado. Entonces comenzamos con mi entrenamiento.

Más tarde, por la noche, dio inicio el banquete. Harald y Halfdan habían llegado con su ejército y Bjorn lanzaba un banquete en su honor.

Yo me senté junto a Ubbe y Hvitserk en el banquete, ya que Ivar hablaba animadamente con su madre.

–Sí, Sigurd tiene su labio reventado. ¿Con quién habrá peleado? –Preguntó Hvitserk.

–Conmigo. –Respondí, sonriendo.- Nadie insulta a Ivar y se libra de ello.

–¿Por qué siempre lo defiendes? –Preguntó Ubbe.- Nos conoces hace poco y la pasas defendiéndolo. Desde el primer día.

–Porque tengo algo especial con él. –Respondí.- No hay nadie como él. Es perfecto.

–Estás loca. –Dijo Hvitserk, riendo.

–Y tú borracho. –Respondí, arqueando una ceja.

Entonces vi a Halfdan y Harald beber juntos y decidí aproximarme.

–Rey Harald, es un placer conocerlo finalmente. –Sonreí, mirando a los hermanos.- Mi nombre es Thea.

–Es un placer conocerte, Thea. Él es mi hermano Halfdan. –Dijo, presentándome al rubio.- ¿Vendrás con nosotros al mar mediterráneo?

–Me temo que no. –Dije.- Iré a Inglaterra con Ragnar.

–Oh, es una lástima. –Dijo Halfdan.- Me agradaría conocerte mejor, Thea.

–Igualmente, Halfdan. –Sonreí ampliamente, y luego noté que Ivar estaba solo.- Si me disculpan.

Y sin decir más caminé hacia el Deshuesado.

¿Yo? ¿En el mundo de Vikings? (Ivar el Deshuesado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora