CAPITULO 16

3K 242 65
                                    

Y bueno, henos aquí.

Aethelwulf nos había encerrado a Ivar y a mí en una habitación llena de guardias por el pasillo, mientras a Ragnar se lo habían llevado en una jaula a las mazmorras del castillo.

–Ivar, ponte cómodo que vamos a quedarnos aquí por varios días. –Dije, mirándolo.

–¿Cómo lo sabes? –Preguntó, serio.

–Porque Ecbert no está, y sé que tardará en regresar.

–¿Qué haremos entonces? –Preguntó.

–No lo sé. –Suspiré.

–Creo que por ahora sería una buena idea distraernos. –Me senté a su lado.- Recuerda que debes mantener tu acto.

Él asintió, serio.

Me acosté en la cama y él me miró, claramente molesto.

–¿¡Cómo puedes estar tan relajada!?

–Porque sé lo que va a pasar. –Me encogí de hombros.- Estaremos a salvo. Pero tu padre no por mucho. –Suspiré.- Tenemos que encontrar una manera de salvarlo. Venir aquí fue un suicidio para él. Ecbert lo entregará a Aelle.

–Pero Ecbert quiere a Ragnar. –Respondió, frunciendo el ceño.

Suspiré y preferí no decirle nada más sobre el tema.

Estuvimos en silencio por lo que me pareció horas, aunque en realidad debieron pasar tan solo unos pocos minutos.

Había anochecido y uno de los guardias dejó en una mesa dos bandejas con comida. Yo le acerqué una a Ivar y comí de la otra. Ambos comimos en silencio y luego me acosté en la cama, dejándolo sentado a mi lado.

Ivar volteó a verme y pareció pensar en qué decir.

–Thea, hay algo que he estado queriendo preguntarte. –Dijo, serio.

Me incorporé para quedar sentada a su lado. No dije nada, dándole a entender que él debía seguir hablando.

–Es sobre lo que me dijiste cuando estábamos en el lago del bosque. –Bajó la mirada.- ¿Es... cierto? –Aún con su cabeza baja nuestros ojos se conectaron y sonreí ampliamente, recordando lo que le había dicho.

–Ivar. –Dije, acercándome más a él.- ¿Crees que te diría algo así, si fuera mentira? –Arqueé mi ceja.- Es cierto. Es mil veces cierto, y siempre lo será.

Ivar levantó su cabeza y me miró con sus labios entreabiertos, causando que mi corazón se acelerara y me sonrojara. De verdad que estaba enamorada de este hombre.

–Demonios, Ivar. –Me mordí el labio inferior, sin saber cómo decírselo.- Te quiero, joder. Te quiero más de lo que crees, y más de lo que debería. Estoy enamorada de ti. Desde el primer momento en que te vi, cuando caí al piso y te vi a mi lado. Tus ojos me hipnotizaron y supe que ya me tenías conquistada, yo...

Ivar me calló, juntando nuestros labios en un beso.

Era la primera vez que Ivar me callaba así. Y me había encantado.

Nuestros labios se movían al mismo ritmo, encajando perfectamente el uno con el otro. Me sentí demasiado feliz, deseando que este momento nunca acabara.

Al separarnos, Ivar me miró.

–Yo... –Comenzó a decir él.- Siento lo mismo, Thea. –Tomó mis manos entre las suyas, causando que me sonrojara una vez más.- Siento que contigo puedo ser yo mismo, siento que puedo confiar en ti plenamente, y eso me encanta. Me encanta que me trataras como a un igual, desde que nos conocimos, y me encanta tu actitud de guerrera. Quiero que seas solo mía, Thea. No pienso compartirte.

¿Yo? ¿En el mundo de Vikings? (Ivar el Deshuesado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora