CAPITULO 4

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Despertamos algo tarde; eran las 8:00 am, por extraño que parezca, Manson me estaba abrazando, fue la mejor mañana de mi vida.

Mmm.... Buenos días – dijo dándome un beso en la frente –

Buenos días – respondí y cada uno comenzó a estirarse –

Lo siento – se levantó de la cama – creo que esto no debió de haber pasado, estuvo mal que durmiera aquí.

No te preocupes – me senté a la orilla de la cama – a mí no me molesta que hayas dormido aquí, además estaba lloviendo y no pasó nada, así que equis, no importa.

No, claro que importa – se sentó junto a mí – no está bien que haya pasado aquí la noche

¿Acaso te molesto dormir aquí? – pregunte –

No, de hecho no – respondió con una sonrisa en su rostro –

Ves, no pasa nada

Mmm... bueno, en ese sentido, tienes razón, pero no está bien

Pues no se a ti, pero a mí no me molestó.

A mí tampoco – me abrazo – fue lindo dormir contigo

Sería bueno repetirlo, ¿no? – respondí su abrazo –

Mmm... nena, - me beso la frente – eso sería perfecto

Si...

En ese momento nos quedamos viendo a los ojos, nos acercamos lentamente para besarnos, podía sentir su respiración, estábamos a milímetros de distancia cuando de ponto... Anne abrió la puerta por lo que inmediatamente nos separamos...

¿Qué hace él aquí? – pregunto Anne molesta –

Nada – respondí –

¿Nada? Ah sí y de seguro él llego temprano, ¿no?

Perdón, tienes razón Anne, yo no debería estar aquí – dijo Manson tomando sus cosas, para después irse –

¿Qué te pasa? Porque rayos haces eso, es mi vida ¡no te metas! – tome mis zapatos y salí de la habitación –

Jane si cruzas esa puerta no vuelves a entrar – dijo Anne, haciendo referencia a la puerta de la casa –

¡Wow Anne! ¿Ahora me vas a prohibir regresar?

¿Qué pasa? – Pregunto Josh – me despertaron con todo su escandalo

Pasa que Jane está metiendo a gente que ni siquiera conoce – respondió Anne –

¿A quién trajiste?

Manson – respondí –

¿Y? a él por lo menos lo conocemos de vista, a los que tú traes a veces ni siquiera sabemos de dónde salen y nadie te reprocha, así que no le veo el problema.

Exacto, además se quedó en mi cuarto, ni siquiera estuvimos aquí en la sala ni nada y ¿sabes qué? Ya es tarde y yo si tengo cosas que hacer. Ya me voy. – dije y me fui a mi habitación. –

Ya que estaba muy molesta con Anne y lo que menos quería hacer era estar en la casa, tome una ducha rápida; me puse una blusa de manga larga color negro, una falda recta color café y unos converse chuck taylor color negro. Cepillé mi cabello y no quería usar tanto maquillaje, así que solo usé un poco de máscara de pestañas y un bálsamo eos; tomé mi mochila y salí de la casa. Fui a una cafetería que estaba cerca y ahí le llamé a Manson, obviamente me disculpé y le dije que quería que habláramos a lo que él me dijo que no tenía por qué disculparme, pero que si quería verme, me pregunto dónde estaba y me dijo que enviaría a Brandon por mí para que fuera a su casa, le dije que si, en este momento no me podía poner en plan de que hiciéramos lo que yo quisiera, solo quería hablar con él y que olvidara lo mal que Anne lo había tratado, Brandon llego unos 15 minutos después de que colgamos y fuimos a la casa de Manson, a diferencia de lo que mucha gente creería (y me incluyo) su casa podía pasar desapercibida, era blanca, obviamente era una mansión ya que también es obvio él vive en Hollywood, entré a la casa y las paredes eran un tono de café muy claro, un sillón blanco, uno café oscuro, una pequeña mesa al centro, las escaleras de lado derecho, un barandal de color madera, por el cual vi a Manson llegar, venia bajando las escaleras, ahhh en verdad este hombre me gusta mucho, estaba vestido con un pantalón y una camisa color negro, la camisa era de manga corta o bueno un poco arriba del codo. Tenía una corbata negra obviamente, tirantes color café, sus clásicas botas, y no tenía maquillaje.

Mi Sugar Daddy, Marilyn MansonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora