Me levanto con un leve dolor de cabeza que me hace tambalearme hasta la puerta. No tengo ni la menor idea de que hora debe ser. Estoy aturdida y camino como una simple zombie sin cerebro por los pasillos, inmersa en mis pensamientos. Bajo las escaleras y cada peldaño se me hace eterno hasta llegar a la planta baja. Siento mis piernas tambalearse hasta la sala de estar, en donde está mi padrastro leyendo el periódico.
─ Buenos días...─ Froto mi cabeza notablemente agotada.
─ Tardes, señorita.─ Su dedo va a parar al enorme reloj en la esquina de la sala. 18:30 p.m.
Al ver la hora de repente siento que voy a desmayarme, ¿en qué maldito momento he dormido tanto?─¿Y los invitados?─ Lo miro completamente en shock.
─ Se fueron hace horas cielo.─ La vergüenza comienza a invadirme y siento mis mejillas arder, del mareo siento sudores fríos recorrer mi cuerpo.
─ Ven, siéntate.─ Asiento y me siento incómodamente a su lado.─ Los cambios son complicados, pero te harás a la idea.─ Acaricia mi cabeza gentilmente.
─ ¿Por qué tenemos que juntarnos con los vecinos?─ Su expresión da un giro de 360° y pasa de estar tranquilo a estar nervioso.
─ Bueno... Las amistades nunca vienen mal en cualquier sitio.─ Su respuesta no me convence para nada, parece querer ocultarme algo y para ser sincera, prefiero no saberlo por ahora.
─ En un mes comienzas con las clases, ¿estás preparada?─ Cambia de tema.
─ Bueno, es una escuela privada, nunca he estado en una...─ La verdad nunca me habían gustado esas escuelas, en ellas solo hay niños ricos y presumidos que te miran por encima del hombro como si no fueras nadie en comparación a ellos.
─ Creo que te llevarás bien con todos, además, Hoseok Yoongi y Jungkook van a la misma escuela, podrás estar con ellos.─ ¿pasar 7 horas al día con ellos?, no gracias. Y realmente no es porque me caigan mal si no porque me intimidan y son raros.... Aunque pensándolo bien a lo mejor la rara soy yo teniendo en cuenta que según Yoongi no sé como funcionan las cosas en San Francisco..
Suspiro y sonrío trarando de sonar convincente.─ Todo ira bien..Oye.─ Levanto la cabeza para mirarle.─ Cerca de aquí hay un parque, ¿por qué no vas a darte una vuelta?─
─ Buena idea, tal vez me venga bien.─ Sonrío débilmente y me levanto para salir de la sala y subir las escaleras apresurada. Un poco de música, aire libre, suena bien. Entro en mi habitación y me dejo caer sobre la cama. Caigo en el extremo de Yoongi y de repente su olor llega a mí. Un olor dulce e indescriptible me llega, sin duda su aroma. Comienzo a sentirme incómoda así que me levanto y simplemente ignoro lo que acaba de pasar. Me dirijo hacia el salón y tomo lo primero que veo. Una vez vestida me peino un poco y agarro mi móvil.
Bajando las escaleras reviso mis mensajes y leo la aparente conversación que tuve ayer con Taehyung. Me detengo en seco en uno de los escalones al ver los últimos mensajes.─ Ellie, esa no es tu forma de hablar.─
─ Deberías olvidarme.─
─ ¿De qué demonios hablas?─
─ Las cambiarán mucho a partir de ahora.─
¿Cuándo he escrito yo eso? Llevo 2 días sin coger el móvil así que no entiendo en qué momento le he hablado así a Taehyung. Ellie, relájate, este día es de descanso así que desconecta. Guardo mi móvil en el bolsillo del pantalon y salgo de casa sin decir nada. El sol hoy alumbra más que de costumbre. Cuando mi mirada se hace a la luz del día, puedo ver con normalidad. No hay nadie por la calle así que me siento tranquila. Paseo observando cada detalle que me había perdido del barrio, ni siquiera sé donde está el dichoso parque pero ahora mismo no me importa perderme. Paseo en silencio sola, veo los coches pasar y a veces me quedo embobada mirando hacia el cielo sin ninguna razón aparente. Al cabo de un rato logro visualizar lo que parece ser el parque. A medida que me aproximo puedo ir admirándolo con más detalle. La suave brisa mueve las hojas con felicadeza mientras el pasto relaja el ambiente. El sol hace relucir cada parte de este. Me acerco a uno de los bancos y me siento. Aunque desde un principio prometí no hacerlo, deslizo la pantalla de bloqueo y ne meto en la primera red social. Espero que alguien hays publicado algo para no aburrirme y suspiro sl ver la cuenta de mi mejor amiga, no tardo en adentrarme en las historias, que por alguna razón ya han sido vistas por mí, pese a que ayer no cogí el móvil.
En ellas parece que todos están de fiesta, añoro esos momentos en los que no tenía que fingir ser quien no era. Siguiente historia, fiesta y más fiesta. Me pregunto si podré hacer las mismas amistades en San Francisco... Última historia, una foto.