Space Odyssey

CAPÍTULO 2: LA PRIMERA MISIÓN. (PARTE 3)

- ¿Ve esto comandante?- Utsumi no perdía detalle desde su puesto en la nave del Frente de Liberación de Sistemas.

- Cabo primero Logan, mire en los archivos. Quiero que copien todo lo que nos pueda ser útil.- Ray echó mano a uno de los compartimentos de su pierna derecha. Sacó dos pequeños sistemas de almacenaje de datos.

- Recibido.- Ray se acercó a uno de los ordenadores que permanecía encendido, comenzó a teclear. Helen se quedó vigilando la puerta, con su fusil de asalto en mano. James por su parte curioseaba por la sala, miró por la ventanita de cristal que tenía la puerta estanca situada más a la izquierda, vio una camilla de hospital, con numerosos aparatos electrónicos sofisticados alrededor, pero estaba todo vacío. Siguió con la segunda puerta y al mirar al interior se sobresaltó pegando un grito. Ray y Helen se giraron para mirarle.

- ¿Qué ocurre?- le preguntó la joven.

- Horrible.- dijo dejándose caer en el suelo y llevándose la mano al corazón. Ray se acercó y miró por la ventanita. Vio a un hombre, o mejor dicho, lo que debía ser un hombre. Estaba totalmente desfigurado, sin labios, dejando solo los dientes al aire, con un solo ojo, el otro estaba tapado con piel. Dicha piel era de color azulada, al igual que el resto de la piel que quedaba a simple vista. En las manos se le podían contar cuatro dedos en cada una. Sin perder la sangre fría, miró a los aparatos de alrededor. Estaban conectados, pero no mostraban signos de que el espécimen estuviese vivo.

- ¡Dios mío!- exclamó la voz de la comandante por el intercomunicador.

- Rápido, descargad los contenidos de esos ordenadores a la de ya.- James no reaccionó, en cambio Helen se apresuró en ir a los ordenadores de la derecha para comenzar con la operación.- ¡TARBUCK!- le gritó.

- Sí, sí señor.- este se puso en pie y se encaminó, no sin antes tropezar, a los ordenadores de la izquierda. Helen le lanzó uno de los dos sistemas de almacenaje para que el muchacho lo cazara al vuelo.

- Hay que darse prisa.- les apresuró el cabo primero. Miró en la tercera puerta. Un bebe glooriano le dio la bienvenida. Estaba también muerto por lo que se podía deducir de los aparatos electrónicos que le rodeaban. El bebe tenía el color de la piel más terracota de lo normal y poseía orejas, cosa impensable en los gloorianos.- ¿Comandante?

- Lo veo Logan. Experimentos, no tiene otra explicación. Experimentos macabros.

- ¿Cómo lo lleváis chicos?

- Catorce por ciento.- dijo James.

- Veinte por ciento.- confirmó Helen Taylor.

Ray se acercó a la última puerta temiéndose lo peor, pero esta vez vio a una joven muchacha humana, de una edad similar a los reclutas. No parecía tener ningún defecto como los anteriores casos, aunque su piel era excesivamente blanca, como si nunca le hubiera dado la luz de ningún sol. Su pelo era largo y ondulado, de un intenso color castaño. Su nariz era pequeña y sus labios carnosos. Parecía alta, ya que la camilla se le quedaba pequeña. Ray pensó que era bella, aunque quizá no era el mejor momento para pensar en esas cosas. Estaba sedada, con los ojos cerrados. Los aparatos confirmaban que estaba viva y con las constantes vitales parecían perfectas.

- Está viva.- dijo para sí mismo.

- Céntrese Logan.

- Hay que sacarla de ahí.- comenzó a mirar alrededor para buscar un mecanismo de apertura.

- ¡Logan ni se le ocurra!

- Pero comandante.- Ray miró alrededor para buscar el panel que abría la puerta con más ahínco.