Space Odyssey

CAPÍTULO 3: CAL-109. (PARTE 1)

Una encarnizada lucha entre dos ejércitos se sucedía en una ciudad en ruinas en un planeta irreconocible. El cielo teñido de un fuerte color rojo sangre mientras miles y miles de cinéticas se cruzaban entre ellas para llegar hasta su destino final. El F.L.S. y el S.U. luchando sin tregua.

En medio de todo ese caos, el cabo primero Ray Logan, con sus compañeros disparando a diestro y siniestro. Un obús enemigo impactando en uno de los muros que las fuerzas del F.L.S. usa como parapeto haciendo que varios miembros de la Oremburgo queden al descubierto. Una cinética perdida impacta en el cuello de James Tarbuck, que lleva el uniforme de la Oremburgo en lugar de la armadura de combate. Ray ve como cae lentamente al suelo el cuerpo sin vida de su compañero. Intentando salir raudo a socorrer al joven novato, pero por más que lo intenta, el paisaje de su alrededor no se mueve. Logan mira alrededor en busca de ayuda y justo en ese preciso instante le da un vuelco el corazón. Alice K. Norway y Helen Taylor también caen bajo fuego enemigo, pero aquello no era lo peor que sus ojos iban a contemplar. Chalmers, Rodríguez, Allen, la comandante Utsumi, Carter y el sargento Perkins también caen uno a uno junto a más soldados y compañeros. Horrorizado por no poder hacer nada, Ray cierra los ojos esperando que una de esas cinéticas perdidas acabe con su vida. Esa cinética que nunca llega. Todo se quedó oscuro. Unos ojos cerrados invaden la mente de Logan. Los ojos se abrieron mostrando un intenso color azul, tan intenso que llegaba a ser cegador. Una fracción de segundo más tarde una voz retumbó en su cabeza. "AYUDA"

- ¿Estás bien?- la voz de James sonó preocupada. Ray se sorprendió a si mismo respirando rápida y entrecortadamente.

- ¿Eh?

- Gritabas como un loco.- James se había levantado para ver a su compañero que permanecía en la litera de arriba, todavía con el cinturón de seguridad puesto.

- Sí. Estoy bien.- se palpó el cuerpo nerviosamente para cerciorarse de que esta vez no era un sueño.

- Has murmurado que tienes que ayudarla. ¿A quién te referías?

- No lo sé Tarbuck.- pese a estar algo confuso, quería usar su rango para que James no le molestara.- Solamente ha sido un sueño sin importancia y sin sentido.- El muchacho no preguntó nada más. El cabo primero Logan volvió a tumbarse boca arriba, estaba sudando. El sueño había sido tan real, tan intenso. Esos ojos eran a la vez tan tiernos y tan amenazantes que se sintió confundido. Intentó dormir un poco más, pero no paró de dar vueltas en la cama, así que se levantó, cogió ropa para cambiarse y sin decirle una palabra al nuevo recluta salió del camarote. Fue directamente a la zona de las duchas.

Tras una reconfortante y larga ducha se dirigió al comedor. Por el camino vio a un pequeño grupo de androides de limpieza, a un señor de mantenimiento y saludó a un par de compañeros antes de entrar en el comedor. Fue hasta la barra sin más dilación. Salsas ya no estaba allí, estaba en su turno de descanso. En su lugar había una señora, canosa, con bastantes arrugas y con un cuerpo que bien podría pasar por una boya. A Ray no le caía especialmente bien la mujer, por lo que se dirigió al panel para seleccionar lo que iba a tomar. Miró alrededor y vio que Alice K. Norway estaba sola en una mesa. Le dijo a la señora que le llevara la comida allí. Decidido, más que nada para no pensar en el sueño que había tenido, se dirigió hacia donde estaba Alice. Ella no se percató de su presencia, llevaba unas pronunciadas ojeras y bebía café a pequeños sorbos.

- ¿Puedo?- la chica se sobresaltó un poco derramando unas gotas del café. Miró al cabo.

- Por supuesto cabo primero.- contestó con timidez.

- No es necesario que te dirijas a mí con el rango militar, ya os conté que aquí somos más como una familia.- hizo una pausa para sentarse a su lado.- O al menos debería ser así.- ella sonrió levemente, por cortesía.- ¿Tus primeras ojeras espaciales?- Ray soltó una leve risa.