"Desvelo"//Ocho

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Y ahí yacía yo, leyendo un libro solitariamente recostada en la pared hasta que la última estrella desapareció de la vista del ojo humano y con un destello cegador, el sol pudo hacer su entrada iluminando todo a su paso y dejando entrar por las ventanas pequeños rayos que alumbraban con intensidad aquella habitación oscura en la que yo me situaba, algo que logró hacerme entrar en la realidad de la que había estado fugitiva toda la noche. 

-¿Q-qué?...- Dije para mí misma viendo el reloj situado en la pared acompañando la frase con un pequeño bostezo sorprendida por la hora que había visto: -las 7- 

 Ya era hora del desayuno y yo apenas podía mantener los ojos abiertos, haber pasado toda la noche despierta era un verdadero problema, y más si alguien me viera así, digo, Emma me dejaría durmiendo, mamá me regañaría y Ray lo haría mucho peor, algo que sin duda quisiera evitar. 

-Anna- Llamaron a la puerta haciéndome dejar mis pensamientos de lado. 

Esta vez la persona que tocaba repentinamente la puerta no era Emma ya que usualmente ella solo venía en el almuerzo y cena, quien yacía detrás de esa puerta era Nat, alguien a quien afortunadamente si podía confiarle lo que había sucedido. 

-Pasa...- Respondí cansada con un bostezo. 

-Toma- Entró y me dio directamente el desayuno. 

-Gracias..- Añadí pegando un salto de la cama intentado lucir bien. 

Nat obviamente se pudo percatar de que algo me pasaba pero seguramente tenía hambre y no quería quedarse charlando por mucho tiempo más así que no lo detuve al irse, yo tampoco tenía muchas ganas de hablar al respecto. 

-Luces horrible- Salió riéndose de la habitación. 

Era simplemente la verdad, tenía enormes ojeras y mi actitud no aportaba nada, nunca había dormido tarde ya que todos nos vamos a la cama en el mismo horario y el cambio hizo que mi cuerpo reaccionara de tal manera excesiva, demasiado.

-tch...- Volví a recostarme en la cama después de desayunar intentando relajarme lo más posible hasta el punto de llegar a dormirme, algo a lo que no fui capáz. 

Y así pasó toda la mañana hasta llegar al punto en el que Ray no tardaría en venir a por mí. 

-Toc toc- Tocaba a la puerta el antes mencionado. 

-Pase...- Contesté fríamente intentando lucir como si nada hubiese pasado. 

-¿Pasa algo?- Preguntó al verme, y es que aunque me haya lavado la cara, unas pequeñas ojeras aún eran visibles en mí. 

-Nada- Volví a responder con una sonrisa evadiendo su penetrante mirada que persuasivamente intentaba sacarme información. 

-Lo que digas.- Comenzó a sostenerse entre sus brazos para posteriormente cargarme como a una débil muñeca. 

Eventualmente comenzaba a observarme otra vez, pero ahora de una manera distinta, fijando sus ojos en mi pie. 

-Tu pie ya está mejor.- Habló con su frío tono característico. 

Yo abrí la boca para decir algo pero lo único que pude hacer fue tomar un bocado de aire, no sabía exactamente que responder ante eso ya que no era algo malo pero tampoco algo que me alegrara por completo así que guardé silencio mientras que Ray poco a poco salía de la casa y se dirigía a aquel gran árbol. 

-No dirás nada ¿eh?-  Comentó al notar que ya no podía manejar mis pensamientos. 

Yo solo pude negar con la cabeza mientras que Ray proseguía caminando sin soltar ni una palabra más. 

Esta vez yo era quien le dirigía la palabra fríamente, quien lo diría. 

-Llegamos.- Añadió dejándome reposar en el tronco al igual que él. 

Yo eventualmente me posicioné a su lado ya que continuaríamos el libro que anteriormente comenzamos aunque poco a poco mi mente se fue fuera de este. 

En ese momento pude hacer lo que había estado intentando toda la mañana: Dormirme. 

La distancia entre el pelinegro y yo era cada vez más y más corta hasta llegar al punto en el que terminé escuchando sus latidos, sus suaves y lentos latidos que se fueron intensificando por alguna razón que yo aún desconocía.

-hey.- Lo escuché hablar lentamente mientras que mi cabeza fue cayendo hacia donde su hombro se situaba dejándome esta vez, al igual que con sus latidos, pudiendo escuchar su respiración. 

Lo último que noté fue el leve sonrojo que sus mejillas empezaban a mostrar antes de despertarme nuevamente en sus brazos, en sus cálidos brazos que acariciaban mi cabeza dejándome otra vez ver su tierno sonrojo que él intentaba evadir mirando hacia otro lado pero que al voltear a verme con una sonrisa pude apreciar. 

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Tengo un gato al que le puse Norman. No tiene nada que ver pero quería decírselo a alguien. 


¿Amor? //Fanfic Ray x Anna // Yakusoku No NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora