No había pegado ojo en toda la noche. Pensaba en el viaje que tendría en unas horas, y por supuesto: el viaje a Japón dentro de 8 días. Había sido una gira intensa por Estados Unidos, pero espectacular. El último concierto tuvo lugar en Seattle, Washington. Y resultó un gran cierre. Pararían a descansar en Kauai, Hawaii, y después comenzarían la gira por Japón, país donde eran bastante reclamados.
No podía evitar estremecerse ante aquel viaje. ¿Qué pensarían de él los japoneses? Quizá no cayese bien a fin de cuentas. Odiaba ser tan tímido y callado. Él sentía que no era así realmente. Sólo quería ese carisma que poseía Freddie, la capacidad de ser un hombre abierto a todos. No un chico callado y reprimido.
Pero eso es lo que había.
Se sentó al borde de la cama y apoyó sus codos en sus rodillas, mirando al suelo. Al menos podría disfrutar del clima cálido de Hawaii y relajarse durante unos días. Seguro que los demás estarían durmiendo tranquilos en las otras habitaciones de aquel hotel.
Suspiró. Se levantó a la ventana y observó. Las luces de la ciudad iluminaban la oscura noche americana, amenizando las vistas. Aún no era consciente del triunfo que Queen había conseguido en la tierra de los sueños. Era como irreal. Como un sueño.
Otro suspiro. Se sentía un poco solo. Sí, estaba con sus compañeros, aquellos que le apoyaban y ayudaban, pero no estaba tan completo. Llevaba unos meses sin estar enamorado. Su ultima relación no había terminado de forma agradable. Pero estaba bien así, no obstante. Tampoco estaba tan necesitado.
Fue al baño y se apoyó en el lavabo. Se miró en el espejo. No, no era nada guapo. Ojos verdes grisáceos pequeños, nariz larga y demasiado recta, boca larga, mofletes gordos... y ese pelo largo ondulado, cayendo por sus hombros anchos. Cuerpo delgado, poco llamativo. Piel blanca. Quizá fuese más feliz siendo un tío cañón. Pero por desgracia no lo era.
Sacudió la cabeza.
Ya debía ir a dormir. Tras orinar en la taza y lavarse las manos, se dirigió a la cama. Se cubrió con la colcha y apoyó la cabeza en la blanda almohada. El contacto de su cuerpo semi desnudo con las sábanas le provocaba frescor y comodidad.
Y, finalmente, John cayó dormido.
~
Alguien golpeaba la puerta de su habitación.
-¡John, vamos, despierta! - dijeron desde el pasillo.
Abrió los ojos. Todo se veía borroso por las legañas.
-¡John, levanta ya o se comerán todas las tostadas con queso!
Sonrió ante aquella excusa. Salió de la cama, frotándose los ojos y abrió la puerta.
-¿Qué pasa? - preguntó, medio dormido.
Ahí estaba Freddie, con las manos en su cintura, pose de enfado.
-Señorito Calzoncillos, salimos en media hora - dijo, mirando los calzoncillos del bajista.
John miró el reloj de su muñeca. ¡Debía darse prisa! Entró corriendo a la habitación. Freddie pasó tras él y cerró la puerta.
Debían ir en bus al puerto y coger un ferry hacia Hawaii.
-¿Quieres que te ayude a hacer la maleta? - dijo Freddie.
-¡Por favor! - rogó John, mientras se abrochaba su camisa de estrellas.
Freddie suspiró, abrió el armario, sacó la maleta de él y empezó a meter toda la ropa. Cuando John ya se había puesto los pantalones y los zapatos, se dirigió al baño para recoger su cepillo de dientes, la pasta, los cepillos y el champú. En seguida metió todo en su neceser.
Salió del baño y Freddie ya casi tenía la maleta lista.
-Lo siento mucho, de veras. Es que anoche apenas pude dormir - se disculpó John, guardando todo su calzado en una bolsa de viaje.
-¿Y eso por qué, cielo? - le miró.
John suspiró.
-No sé. Estoy nervioso por Japón.
-Oh vamos, ¿qué temes de Japón?
-Creo que no caeré bien allí...
-¡John, tú siempre caes bien! - dijo, cerrando la maleta - Ya está lista.
-Eso no es cierto - negó con la cabeza, cerrando sus bolsa ya lista - Soy demasiado cerrado y tímido. Y gracias por hacerme la maleta.
-Pero cuando te abres eres maravilloso, ¿no lo sabes? - sonrió.
John se encogió de hombros. Cogió la maleta y la bolsa. Se dirigió al salón y comprobó que no se dejaba nada allí. Freddie le siguió.
-Eres un bajista sensacional, debes tenerlo siempre en cuenta - continuó la conversación.
-Tampoco soy para tanto...
-John - Freddie se puso frente a él, cogiéndole por los hombros - Debes tener más confianza en ti mismo.
Le miró a los ojos pensativo. ¿Cómo tener confianza en sí mismo? Parecía algo imposible siendo John Deacon.
-¿Cómo?
-Debes decirte a ti mismo que no hay nadie mejor que tú. Eres un hombre encantador y todo el mundo te adorará. Y por supuesto: eres un bajista fantástico.
John miró al suelo. ¿Podría eso funcionar? Posiblemente.
-Y ahora vamos al bus. ¡Roger y Brian nos esperan! - dijo Freddie, dirigiéndose a la puerta. John le siguió y cerró la puerta de aquella habitación.
Quizá sólo debía tener confianza en sí mismo.
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En sólo siete días.
FanfictionLa última gira por Estados Unidos ha resultado ser un exitazo. Los miembros de Queen no pueden estar más contentos, y por supuesto: necesitan un gran descanso en Hawaii antes de comenzar en una intensa gira por Japón. Pero no todo son comodidades...