Lo que llevo dentro

Cap. 4

"Recuerdos - El escape"

4 meses pasaron desde que Ramón había reaccionado del coma, había recibido el alta pero había un detalle en él... no sabía quién era o de dónde venía, solo sabía que Cybil le había salvado la vida en ese barranco al cual nunca ha ido. Al llegar a la caballa de Cybil después de 2 días viajando decide irse a dormir, últimamente había tenido sueños extraños que Cybil le decía que era muy probable que fueran recuerdos vagantes en su mente...

...*...

Por aquí –Lo llama con la mano una niñita verde claro de cabellera morada hacía una parte del bosque (Melisa)-

¿Qué sucede? –Intenta perseguirla pero al cada rato se le desaparece de una dirección y aparece en otra sin dar con ella- ¿Dónde estás?

-Ríe con ecos y aparece frente a él- Te estoy vigilando (Insinúa) –Lo toca y corre- Atrápame!

Espera! –La persigue- No corras –Se cansa y se vuelve escuchando un llanto detrás de él-

¿Por qué nos abandonó?... –Una troll rosa claro de cabellera rosa intenso llora merodeando una playa-

Hmm... d-disculpa? –Intenta llamar su atención pero no se vuelve a darle la cara-

...

Ramón despierta en su nueva habitación confundido, tenía días soñando con esa troll ¿tendría algo que ver con su pasado? Quizás era familia o amiga, pero algo le decía que fue importante para él

–Mira su anillo de compromiso, se lo quita y ve dos siglas "P.K"- ¿Por qué no me has encontrado? –Dice para sí mismo-

Porque no sabe que estás aquí –Responde Cybil desde la puerta asustándolo- Lo siento, no quise asustarte pero pude escuchar tus quejidos desde afuera. Si tienes hambre dejé desayuno en la cocina, tengo que ir al bosque.

¿Puedo ir contigo?

Estás llegando, espera a que te acostumbres un poco aquí y luego te enseño a orientarte en el bosque ¿está bien?

Okey...

Nos vemos Dilán –Asienta con respeto y se va-

"Dilán" ese era el nombre que Cybil le dio a Ramón por no saber su nombre; Ramón por su parte no quería quedarse allí, pero no le quedaba de otra, no conocía el bosque así que lo más prudente era obedecer. Lo peor era que no tenía con qué distraerse, el lugar era prácticamente una cueva. Empezó a explorar la casa hasta que llegó al ático, todo lo que había eran cachivaches de yoga, libros, unos pocos instrumentos... ¿instrumentos?

-Sacó una guitarra de su estuche y comenzó inercialmente a acariciar las cuerdas con suavidad. Sin saber el cómo se le ocurrió ajustó las cuerdas para que sonaran harmoniosamente afinadas- mucho mejor.... –Se la quedó mirando y de repente le vino un recuerdo-

---*Flashback*---

De nuevo estaba allí, esa troll de la que tanto soñaba estaba en su mente. Esta vez parecía que estaban en una velada romántica en un departamento, él no se mostraba contento o feliz pero sentía una calidez agradable junto con una alegría el solo hecho de tenerla cerca. Se habían sentado cerca de una ventana a ver las estrellas e intentar descifrar constelaciones.

Esa de allá me recuerda a un columpio de dos sillas –Dice ella señalando hacia una parte del cielo-

Me parece que es la constelación de géminis, pero la de allá es un perro –Ramón señala a otra parte pero al ver que acerca inocentemente su rostro al de ella queda paralizado-