GENDER BENDER

06.

Donghyuck la tenía difícil. No podía hacerle desaprobar biología a su hermana, pero tampoco quería estar cerca de Mark. La fecha de entrega se acercaba, y ya no podía evitarlo más: Debían hacer el trabajo juntos. Sin embargo, estaba seguro que aunque se juntaran para hacer el trabajo, lo menos que harían sería hacer el trabajo. Pelearían, se gritarían, Mark se le insinuaría y, finalmente, Donghyuck se iría del lugar para no romperle la cara a piñas.

¿Qué debía hacer?

El papel que cayó sobre su pupitre lo sacó de sus pensamientos. Primero miró a su lado, pensando que tal vez era una nota de Iseul, sin embargo su asiento estaba vacío: Ella aún no había llegado. Frunciendo el ceño elevó su mirada para lograr observar cómo Jaemin doblaba en uno de los pasillos formados por los pupitres y caminaba hacia el fondo del salón, hacia su asiento. Una vez sentado allí le devolvió la mirada a Donghyuck y, con un gesto, le indicó que leyese el papel.

Entendiendo la mirada, y un poco dubitativo, Donghyuck desdobló el papel el cual estaba plegado en cuatro y leyó las palabras que allí estaban escritas con una caligrafía bastante prolija.

"Detrás de la cancha de futbol, después de clases. Tengo algo que decirte.

Intenta ir sin Iseul.

-JM"

Donghyuck giró la cabeza hacia Jaemin para interrogarlo con la mirada, pero éste ya no se encontraba mirándolo. En cambio, bromeaba y reía con el resto de los descerebrados de la clase. Donghyuck volvió su vista al frente colocándose la capucha del abrigo que se había puesto ese día, pensativo.

¿Qué tenía que decirle? ¿Qué tan importante era, que debían verse ese mismo día? Lo de ir sin Iseul parecía ser razonable, pero ¿Por qué especificarlo? Era obvio que Donghyuck no iría con ella.

...

— ¿Qué? — Espetó Donghyuck hacia Jaemin una vez en el lugar en el que éste lo había citado.

— Estas enfadado, ¿Verdad? — Preguntó, con una sonrisa triste.

— ¿Para qué me has llamado, Jaemin? — El susodicho suspiró mientras bajaba la mirada. Donghyuck esperó unos segundos en silencio, y luego volvió a hablar. — Si no tienes nada para decirme, me voy.

— Tengo que... — Lo interrumpió. Se relamió los labios, y continuó: — Tengo que informarte de algo.

Donghyuck enarcó una ceja a la vez que Jaemin elevaba su mirada hacia él.

— ¿Qué cosa? — Indagó.

— Pero primero quiero decirte que lo de Dongsook fue para protegerla. — Se apresuró a decir. Donghyuck cerró los ojos y suspiró exasperado, cruzándose de brazos, controlándose para no golpearlo.

— ¿Qué es eso de lo que me tienes que informar? — Lo ignoró.

— No quería que ella se involucre con la gente que suele rodearme, no son buenas personas. Ellos no la dejarían en paz nunca, y- — No pudo acabar la oración, pues se vio interrumpido por Donghyuck.

— ¡Na Jaemin! — Exclamó. Éste enmudeció y lo observó con una expresión dolida. — No me interesan los motivos por los cuales has hecho llorar a mi hermana. Lo único que me interesa es que la has lastimado, y para eso no existe ninguna excusa.

Jaemin, resignado y sabiendo que había puesto a Donghyuck en su contra para siempre, bajó por segunda vez la mirada.

— Mark... — Comenzó a hablar, sin mirarlo. — Él quiere llevarte a la cama.