Namjoon nunca quiso a ese niño que tenía en su vientre, simplemente fue una asquerosa cosa que vino a arruinar su vida.
Pero cuando vio ese tatuaje en el hombro de su hijo, reaccionó, y supo que era hora de que haga su papel de padre y aprenderlo...
-¡Vamos perra gime!- aquel asqueroso sujeto embistió fuertemente al moreno, mientras le jalaba su cabello.
-¡Detente por favor!-
-¡Vamos Bom bom!-
-Me haces daño- siguió llorando
-¡DETENTE!- Namjoon casi cae de la cama, otra de esas horribles pesadillas con su violador.
-Omma ¿Estas bien?-
Miró un poco asustado a Hoseok que estaba escribiendo algo en su cuaderno. Una pesadilla, si era una de sus horribles pesadillas nuevamente con el de piel pálida.
Se quedó un largo tiempo quieto en volver a la realidad, Hoseok iba con todas las buenas intenciones a ver si su omma no tenía fiebre, estaba que sudaba mucho.
-No me toques- le agarró bruscamente su mano -Sabes bien que no me gusta-
-Me estaba preocupando...-
-¡No necesito tu maldita preocupación!- lo abofeteó- ¿Te sientes preocupado? ¡Pues todo es tu culpa por el infierno que vivo!-
Hoseok solo se agarró su mejilla golpeada y se fue llorando de el pequeño cuarto que compartían.
-Inútil..- susurró para si mismo
Volteó la vista y vio al reloj de pared.
-¡Ya es tarde!- se levantó de la cama a arreglarse para su trabajo -¡Niño estúpido! ¿Por qué no me despertaste?-
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-Disculpe por llegar tarde, jefe- hizo una leve reverencia hacía el señor mayor que estaba sentado en la silla de su oficina.
Namjoon, había conseguido un pequeño trabajo de secretario en una gran empresa, pagaban bien, pero lo malo era de que la vida en Estados Unidos era cara, apenas con los que ganaba podía pagar la renta de su apartamento, la colegiatura de Hoseok y la comida.
-No te preocupes, pequeño- dijo el anciano -Sabes que a mi no me molesta de que llegues por unos minutos tarde, habías de estar ocupado ¿Cierto?-
-Sí, tuve que dejar de paso a mi hijo al colegio-
-Ya no importa, olvidemos el tema y vamos a trabajar- palmeó sus piernas.
-Si.. Señor Lee-
Namjoon dejó su bolso a un lado y se sentó en las piernas del anciano, mientras sacaba una ajenda y una pluma.
-Listo-
-Okey, pequeño comenzó a dictar y cambiar las horas de sus reuniones de trabajo
Al ya terminar de dictar lo necesario, abrazó a Namjoon, haciendo que el moreno se recueste en su pecho.
-Gracias, buen trabajo, pequeño- le dio un beso en la coronilla -Te he dicho que te pareces mucho a mi difunta esposa-
-Si, bueno casi siempre- sonrió el moreno.
-Oh ¿En serio? Lo siento ya estoy muy viejo y se me olvidan las cosas- acarició su cabello -Cuanto la extraño-
-¿A su esposa?-
-Si, me hace falta, me siento muy solo- le dio otro beso en su coronilla -pero cuando estoy contigo mi soledad se va. Gracias pequeño-
-Señor Lee- tocaron la puerta
-Ve a trabajar, pequeño, luego te llamaré si necesito algo-
Namjoon se levantó de las piernas de su jefe y fue a su pequeña oficina que estaba unida a la de su jefe.
