Namjoon nunca quiso a ese niño que tenía en su vientre, simplemente fue una asquerosa cosa que vino a arruinar su vida.
Pero cuando vio ese tatuaje en el hombro de su hijo, reaccionó, y supo que era hora de que haga su papel de padre y aprenderlo...
-¡Oh Dios mio! Disculpa pero tengo que irme- se paró y se fue corriendo dejando a su cita con las palabras en la boca.
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-Tiene sangre aquí, déjeme curarle la herida, señor Kim-
-Si, claro-
Dejó apto su cuello para la enfermera, Yoongi había mordido tan fuerte su cuello que lo hizo sangrar.
-¡Mi niño!- Jihyo llegó corriendo hacía Nam, al cual no le importo si la enfermera estaba curándole las heridas, ella no pensó dos veces y se le abalanzó encima -¿Estas bien? ¿Hobi está bien?-
-Gracias Jihyo- Namjoon la apretó en un fuerte abrazo mientras que comenzaba a llorar fuertemente -Gracias-
-No hay de que, mi niño- le dio un beso en la coronilla -¿Y éstas bien? ¿No te hizo daño? ¿A ti? ¿a Hobi?-
-El niño está bien, y no, no me hizo daño-
Jihyo se separó un poco de Nam, y pudo ver los chupetes en el cuello del moreno.
-¿Te tocó?-
-Iba ha hacerlo, pero llegaste a tiempo- se secó las lágrimas
-Tenemos que irnos, otra vez, no estamos seguros aquí-
-No vamos estar seguros nunca- comenzó a llorar
-Claro que lo estaremos, Nam, no te preocupes- le dio un beso en su frente y también se le salieron algunas lágrimas traicioneras.
