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Capítulo uno: El Inicio

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Capítulo uno: El Inicio.

En la actualidad.
[Octubre 16]

El bullicio de la gente al pasar y el ruido de los coches me distrae, me aturde y cohibe.

Estoy yendo tarde al trabajo por dos razones: La primera: me dormí tarde y la consecuencia fué no escuchar el maldito despertador, La segunda: tuve un debate mental, sobre si era buena idea ir al trabajo a esta hora del dia y tener que hacer de oídos sordos cuando la gente me vea al caminar.

Desde muy pequeña siempre he huido de las personas por el simple hecho de tener el cabello de un color diferente, siempre me veian como algo anormal y en cuanto me daba la vuelta, empezaban con los murmuros desagradables hacia mí.

¡Señor, ten piedad y has que un rayo queme la cafetería!》, pienso mientras trato de abrirme paso entre todas las personas.

Con la mirada centrada en el camino, ignoré cada una de las miradas de desagrado que le gente me obsequiaba.

Esto es una mierda.

No debí leer hasta tarde. Si me hubiera levantado temprano, en estos momentos no estuviera yendo tarde al trabajo y desde luego, al salir temprano la gente no me estaría viendo de esa manera tan fea.

Pero ¿Quién no leería hasta tarde, si los personajes son un amor? Exacto, Nadie.

Te estas yendo por otro lado y no hay tiempo para un debate de libros.

Aunque ganas no me faltan.

La jefa me despedirá y todo por culpa de un libro y, la manía de tener el sueño pesado.

Estúpida alarma que no alcancé a escuchar.

Estúpida cama por ser tan cómoda y hacerme dormir.

Estúpido sueño pesado que he cargado siempre.

Tonta, tonta, tonta.

Corrí todo lo que mis piernas me permitieron, hasta que por un acto de descuido me fui contra el piso a media calle.
El pantalón de mezclilla se rasgo de las rodillas y las palmas de mis manos se llenaron de algunos cortes. Genial.

Me falta cinco minutos y media cuadra para llegar. Le ruego a todos los dioses un poco de clemencia y que me hagan el favor de evitar que Clarissa este parada en la entrada del local.

Algunos minutos después, toda sudada, apestosa, adolorida y con unos cuantos moretones en mi cuerpo, entré a paso rápido en la cafetería.

Mientras caminaba hacia el casillero por mí uniforme de trabajo, me puse a pensar en todo lo que me paso en esta mañana y en como la mala suerte siempre me acompaña.

🌙Almas Gemelas🌙 |Cancelada Hasta Nuevo Aviso|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora