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Capítulo dos: Nuevos amigos

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Capítulo dos: Nuevos amigos.

La tarde en la cafetería transcurrió con normalidad: Daniell tratando de llamar mi atención cuando se dio cuenta que le aplicaba la Ley del hielo y yo: tratando de alejar algunos pensamientos del pasado.

Es increíble como la mente humana se empeña con hacerte recordar cosas que no quieres, como por ejemplo: Tu primera ruptura amorosa, una pelea de mejores amigos o, en mi caso: un accidente que me dejó marcada.

Son pequeñas cosas con un gran efecto devastador.

La pelea.

El accidente.

La muerte de mi madre y mejor amigo.

Siento una profunda culpa en el fondo de todo mi ser y estoy consiente que siempre la tendré.

Prometí y rompí a la vez, un montón de promesas cuando mis seres queridos aún se mantenían con vida y, cuando se fueron me prometí a mi misma no volver a fallar a mi palabra y evitar usar mi primer nombre en memoria de ellos.

Y eso Daniell lo sabe.

No exactamente todo, pero él sabe que las promesas son muy especiales e importantes para mí.

De niña, mi madre acostumbraba decirme—mejor dicho: Regañarme y castigarme—, cuando tenía un montón de compromisos en la escuela por quedar bien y después de un rato, me aburría: Las personas con más compromisos son personas sabias, orgullosas, trabajadoras y admirables que puede existir en este mundo. Ya que al tener varios compromisos a la vez, esas personas tienen la mente trabajando a mil por hora y lo más increíble es su capacidad para mantenerse en pie y nunca rendirse.

Y en efecto eso es verdad.

Nunca los verás cansados y con algún inicio de frustración en su rostro o tal vez si, pero no tanto.

Simpre debes ser responsable, empatica y humilde en donde estes.

Valores que hasta la fecha mi madre se encargo de inculcarme y de lo cual siempre estaré eternamente agradecída, porque gracias a eso soy lo que soy ahora.

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—¡Smith, te toca recoger pedido en la mesa seis y limpiar la cuatro! —gritó Clarissa desde afuera.

—Voy —grité de vuelta.

De pie al final del pasillo, en la entrada de la cocina, observé con horror el panorama que me rodea, específicamente hacia la mesa color amarillo: La mesa seis.

Cerré los ojos con fuerza al saber que dentro de algunos minutos, estaré limpiando aquel desastre espantoso de los clientes: comida por todos lados, mancha de salsa picante en el techo y ventana del local, vasos regados y pistachos esparcidos.

🌙Almas Gemelas🌙 |Cancelada Hasta Nuevo Aviso|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora