Quince

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Observa el amanecer, pasando de tonos azulados y violetas, a anaranjados y amarillos. Lo consideraría hermoso, pero ya esta acostumbrado al escenario y lo único que se le viene a la cabeza es lo desgastado que se siente cada que lo ve.

No durmió nada, o más bien, la lluvia de ideas dentro de su cabeza no lo dejo, trayendo consigo la migraña que deja sus sentidos irritados.

Aun esta algo reacio a salir de su habitación, pero tarde o temprano tendría que hacerlo, así que cuando camina hacia la puerta se detiene un momento para volver a tomar su máscara y ajustar las correas. Apenas abrir la puerta, el aroma de huevos fritos lo deja anonado, y no es para menos debido a que son difíciles de conseguir cuando los nidos de pájaros están a 12 metros del suelo.

Los peldaños de madera no chirrían como antes, lo primero que Tim piensa es en como saludar pues, claro está que, no tuvo la bienvenida que ni siquiera sabía que aún quería. Así que cuando se detiene en el umbral de la puerta de la cocina, los dos pares de ojos se sienten como puñaladas en el pecho y su ansiedad se dispara fuera de los límites que acostumbra.

Sus dedos repiten el movimiento ya doloroso de quitar los bordes de piel fina de sus uñas.

Y aunque su rostro esté oculto bajo porcelana blanca, tiene una necesidad de salir y esconderse para poder respirar bien.

— ¿Tim? Finalmente escucha decir a Toby. Sus ojos avellana más tranquilos que el día anterior, fijos en el desarman cualquier pensamiento coherente cuando destilan preocupación.

— Sí, por supuesto, la máscara yo... olvidé que, no es la misma. Balbucea despotricando cosas sin sentido que anudan más sus palabras, y sus pies ya están marchando para sacarlo a cualquier lugar lejos de allí.

Al final, retrasar o no el momento en que esos ojos de ciervo los miran directamente sigue siendo difícil hablar. Bajo la máscara todavía sigue siendo él, el débil y patético el.

Así que cuando el peso de otro cuerpo se apoya sobre el y lo obliga a mantenerse inmovil, gira la cabeza casi horrorizado para ver a Toby. Los latidos de su pecho retumban hasta sus oídos, haciendo que lo que sea que diga el chico se escuche tan lejos de Tim mientras que otras mil ideas atrofian su conciencia.

Solo reacciona cuando una mano, de Tobias, se acerca a su rostro, a su máscara, con la intención de quitarla haciendo que todo en él entre en pánico. Tim siempre fue de los que esperaba el primer golpe, así que cuando su cuerpo entró en una especie de piloto automático y detuvo la mano de Toby antes de que le quitara la máscara, estaba honestamente sorprendido de sí mismo incluso más de lo que Toby lo parecía.

— No eres Tim. Escucha decir a Toby y si es honesto ¿como podría refutar eso?

El rostro del chico se arruga en una mueca lastimera que manda punzadas de culpa a Tim.

— Lo es, la única diferencia es que ahora es peor que el hombre de la máscara. Dice Brian desde su asiento en la mesa y que hasta el momento solo se había quedado de observador.

Y le da la razón, no tiene la suficiente fuerza como para mirar a Toby y sus ojos de venado sin una máscara de por medio, y aceptar que no está junto a ellos por decisión propia. Sin embargo, no quita el hecho de que el enojo empieza a concentrarse.

— Sabes perfectamente porque hice lo que hice. Escupe entre dientes mientras se aparta de Toby y queda frente a frente con Brian con solo una mesa que los separe. — Y si estoy aquí es porque necesito estarlo.

Tim intenta no alzar la voz, intenta conservar la calma porque tan solo un día antes, Brian, su mejor amigo, lo había recibido con los brazos abierto aunque estuviera molesto con el. Ahora, Tim intenta encontrar sentido de cómo esa molestia que no era capaz de hacerlos pelear, se ha convertido en una ira que se desborda.

— ¿¡Necesitas!? Cuando decidiste irte era porque necesitabas irte ¿y ahora tienes que quedarte?

— ¿Por qué estás tan enojado conmigo tan de repente?

— Porque siempre haz sido un presagio de mala muerte.

— ¡Brian! Esta vez Toby interrumpe mientra arrastra a Tim detrás de el, escudandolo.

— Es verdad y lo sabes, casi mueres buscándolo ¡y ahora solo aparece así nada más! Estoy seguro que es porque la cosa esa lo envió.

Y el rostro de Tim se arruga con culpa.

— Solo trato de alivianar la carga. Esta vez murmuró mas bajo y sintió la mano fría de Toby entrelazarse con la suya, llevándolo fuera.

Y Tim no dice nada, solo mira la espalda de Toby mientras esté lo guía por un sendero que termina en un claro.

— Perdónalo, ha estado muy estresado desde que asumió toda la carga. Dice Toby sin voltear a mirarlo y dejándolo que tome asiento en un tronco caído.

— Esta bien, lo entiendo. Incluso entiendo si tu estas más molesto que él, así que soy yo quien pide disculpas. Empieza a decir con cuidado y mira atento a Toby.

Los tics lo atacan igual que como lo recordaba así que estira su brazo y trae al chico más cerca, hasta que su sombra cubre a Tim y lo mira, encontrándose con ese par de ojos de ciervo que Toby aun poseía, ahora cristalizados por las lágrimas a punto de caer.

— Lo siento mucho ¿de acuerdo? Murmura bajito, entrelazando ambas manos con las de Toby, como si intentara calentarlas, y deja un beso en los nudillos del chico.

"Yo llegué a pensar que eras mentira" comprende Tim de entre todos los gemidos entrecortados por el hipo y el llanto de Toby, antes de que ya no pueda decir más, como si su garganta se cerrara y solo diera paso al llanto.

Así que Tim lo abraza por un momento, dando masajes en la espalda.

— ¿Me dejarías cuidar de ustedes? Arrulla y siente como el chico se apoya en su hombro.

— ¿No te irás?

— No lo haré.

° Marionette ° [ Ticcimask ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora