Capitulo 06 Juicio

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La mayoría de las veces era capaz de distinguir entre sueños y realidad, de niña me confundía, pero con el tiempo aprendí a diferenciarlos, si bien, era claro que eran lugares o acontecimientos que sucedían o sucedieron, no podía verme afectada, era solo cuestión de despertar para comprender que todo había sido un sueño, pero en esta ocasión, no estaba del todo segura.

El lugar en el que me encontraba era asfixiante, mi cuerpo titiritaba de frío a causa de la ropa húmeda, no recordaba en qué momento me había mojado, los pasillos eran estrechos y no conducían a ningún lado, sentía que caminaba en círculos porque siempre llegaba al mismo punto, volví a intentar pasar por aquellos túneles cuando una leve melodía se comenzó a escuchar, era una flauta con notas melancólicas, seguí el sonido y este me condujo a una puerta, intente abrirla pero por más que intentaba no cedía.

-Déjenme salir_ gritaba sin obtener respuesta_ materialice un poco de fuego y lo lance a la cerradura, este en vez de quemar fue absorbido por la puerta_ Pero qué demonios....

La música ceso y escuche como algo crujía del otro lado, la puerta comenzó a moverse, antes si quiera se logrará ver algo, sentí como era succionada hacia atrás.

-Aun no es tiempo_ la voz se escuchaba distorsionada y me arrojo de nuevo a la negrura.

Me sobresalte y abrí los ojos, tarde en adaptarme a la poca luz que entraba, era bastante obscuro, estaba en alguna bodega o cuarto subterráneo, el aire estaba viseado y se sentía la humedad del lugar por la falta de ventilación, al contrario de la vez anterior sabia donde me encontraba y no estaba inmovilizada por sellos, optaron por algo más rudimentario y supuse que más eficaz, mi pierna estaba esposada a una enorme bola de metal, la cadena era lo suficiente larga para que pudiera moverme lo que la longitud de esta me permitiera.

Me incorporé despacio y me senté en el borde recargando mi espalda en la pared, tenía que pensar que podía ocurrir ahora, estaba claro que me ubicaron en un lugar en el cual pudiera estar más vigilada, indudablemente esta parecía más una celda que la habitación anterior, dudaba que existiera otra oportunidad de escapar, tenía que prepararme para lo peor, lo que seguía sin comprender era porque me mantenían con vida, ¿para qué me querían? Las palabras del oni* me intrigaban, si no recordaba mal, preguntaba quién era yo, como si fuera alguien peligrosa, eso era imposible, ¿qué tipo de peligros puede representarle una humana?, si conocían que provenía de un clan de exterminadores, deberían de saber que una sola no era nada a comparación con la cantidad que eran ellos.

Me dolía la cabeza de tanto pensar, me habían quitado la bolsa donde se encontraban los pergaminos y no tenía la suficiente fuerza para materializar mi poder espiritual por largo tiempo, en pocas palabras estaba muerta.

-¿Que es lo que quieren?

-¿Qué es lo que quieres tú, Kahoko Tsukimori?

En seguida me puse alerta, no sentía ningún tipo de presencia, sin embargo, entre la negrura una sombra se movía hacia mí.

-¿Quién eres, que es lo que quieres, has venido a comerme?

La sombra de detuvo y comenzó a reír

-Mi hermosa niña eres tan divertida_ el espectro se detuvo y en defensa materialice una pequeña daga, no me iría de este mundo sin antes pelear.

-Amo tu espíritu_ se acercó lo suficiente para que la luz de la daga me permitiera verle

Llevaba puesta una máscara lisa, era como un hombre sin rostro, su cabello era blanco alborotado por todas partes

Encaje el cuchillo en su pecho, pero este lo traspaso

La maldición del rey dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora