Al abrir mis ojos estudio mi entorno, amaneció hace pocos minutos, me encuentro solo en la habitación, me aprovecho de la situación para estirarme un poco y tomar una ducha, la ropa aun huele a nuevo, al salir de la habitación lo primero que veo es a René y a Amanda
- Buenos días
- Vaya, pensé que Angeles era la dormilona -exclama René
- ¿La han visto? -puedo percibir un pequeño suspiro de Amanda
- La verdad, no -al observar a René obtengo la misma respuesta
- No las he visto desde temprano, pero quizás estén en el gimnasio -no puedo evitar pensarlo un momento
- Sí, debí de haberlo sospechado, gracias René -es algo en lo que tiene razón, al menos espero que haya desayunado algo, no se sus gustos y no quisiera llevarle algo que no le agrade. Lo primero que veo es la espalda de mi hermana y a Angeles y Myra peleando entre ellas, Angeles se mantiene estática al mirarme, por otro lado... puedo ver las balas desprenderse de los iris de Myra
- Vaya, Noah, prepárate, Angeles, siéntate un rato -su orden me pesa, creo que no fue tan buena idea- Tienes que calentar un rato, y lo mejor es que es con la persona que tanto quieres -Myra se mantiene frente a mí, empuña sus dagas de forma relajada, por un momento se me eriza el vello de la nuca
- Ah... ¿hace falta? Preferiría que fueras...
- ¡No, comienza!
- Pe... -el ruido de la tela y los ojos de Myra frente a los míos hacen que alce mi brazo, es como si fuera en cámara lenta, su pelo ondea al quedar suspendida, no pasa ni una fracción de segundo cuando siento pie sobre mi rodilla, aprovecho para llevar mi mano contraria contra su pecho y hacer algo de distancia entre nosotros, al ver mi hombro me doy cuenta de la sangre que fluye desde ese punto
- Veo que estas enojada
- ¿Duele? -cuestiona, su intención no es por interés
- No, solo molesta -no tarda en volver a atacarme, su velocidad me hace trastabillar por un momento, a pesar de que no tiene fuerza, el filo de sus armas tan rápidas es un problema con el que tengo que tener cuidado, su velocidad disminuye, es mi oportunidad, extiendo mi pierna antes de patearla, logra anteponer sus antebrazos, pero no mantenerse de pie, al estar encima de ella me doy cuenta de que es mas escurridiza que Angeles, su tamaño no me ayuda, cuando dirijo mis golpes ella es capaz de esquivarlos
- Usa tu cien por ciento hermanito -siento como levanta su pelvis por debajo de mis caderas, este truco, ya me lo aplico Angeles antes, me apoyo sobre mis rodillas y no sobre su cuerpo pero le da el espacio suficiente para quedar libre, no duda al empuñar su daga y encajarla justo en mi muslo, no puedo evitar soltar un grito por el dolor, así como guiar mi mano hacia su cuello para presionarlo, nuestros ojos se encuentran, al verla sonreír no siento que le esté afectando en lo más mínimo pero tampoco la siento respirar, intenta presionar mi mano con la suya, demasiado pequeña
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Ultralita
Fiksi RemajaAmén, que así sea... ¿Cómo comenzar? Cada forma, cada imagen, cada indicio me llevó a ella, a este punto, a esta situación que tan solo empezó sin saberlo. El silencio aumentaba la tensión, el frío gris del cielo, me hacía sentir pequeño, no sabía...