Capítulo 5 - ¿Pubertad?

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Ya cansada de estar estudiando y estudiando en esa maldita escuela estaba.

No había visto a mi querido amigo Jac en todo el día. Necesitaba verlo.

Así que decidí tomar una ducha, cambiar mi ropa e ir a verlo. De seguro estaba bajo el sauce, donde siempre estamos. Es algo así como nuestro lugar desde chicos, no recuerdo bien pero me parece que desde los 5.

Luego de alistarme y ya casi por salir, me veo en el espejo por última vez y veo que tengo una mancha roja en mi pantalón.

¡¿Qué cosa es esto?!

VOY A MORIIIIIIIR!

-¡Señorita Collins! ¡Señorita Collins! - grité y en menos de 10 segundos vino hacia mí.

-Ay Nicole, ¿Qué es lo que sucede?- preguntó preocupada.

-Me voy a morir. Mire -le enseñé mi pantalón rojo.

-Oh Nicole... -hizo una pausa- creo que es momento que hablemos.

Pues así estuvimos hablando una hora fácil de "la charla".

En verdad no me moría. Era genial saber que desangraba y no moría. Es como un súper poder el cual los chicos no tienen.

Se siente genial tener este súper poder.
¡Viva la renovación de la sangre!

Más tarde, ese día, comencé a tener cólicos, tal como lo dijo la señorita Collins.
Así que desistí de ir a buscar a Jac y me quedé acurrucada en mi cama. Dios, esto si que dolía, solo quería estar allí acostada.

De repente, la puerta del cuarto se abre y aparece Jac.

¿Ahora qué es lo que quiere este chico?

Vaya, estás hormonas afectaban mi estado de ánimo.

-Heeey, ¿qué pasó que nunca llegaste al árbol?- dice Jac sentándose en la cama del frente y mirándome.

-Agh, ni me digas.- dije de mal humor-. Sólo quiero estar aquí, estoy cansada por  tanto estudio.

-Esta bien-respondió.

Vaya, si que engañar a los chicos es bastante fácil (o al menos a este chico). Podría tener una ventaja en esto.

-Jac

-Dime

-Te quiero- sonreí en su dirección, aún estando acurrucada y tapada con todas las colchas que tenía.

-Yo también. Será mejor que descanses Nicole. Nos veremos mañana pequeña Nic.

-Ya te dije que ser más chica en edad no te da el derecho de llamarme así- dije enojándome.

-Pues para mi si, y siempre
serás mi pequeña Nic.

El orfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora