CAPITULO 7. UN GRUPO DE TRES
Fui al salón y me senté al lado de Zayla, le acaricie el pelo suavemente y la desperté susurrando su nombre.
-Zayla.
-Ola.
-Zayla, esta tarde, después de comer, e ido a dar una vuelta y en el restaurante, han habido problemas.
-Te a pasado algo?
-No, tranquila, el caso es que hay un chico metamorfo al que buscan por su sangre y me preguntaba si se podría quedar con nosotros.
-No sabemos nada de el...
-Tampoco sabias nada de mi.
-Bueno... en tu caso... fue diferente...
-Porque?
-Déjalo, dile que venga y hablaremos los tres.
Fui a la habitación y estaba de pie mirando por la ventana con la mirada perdida.
-Estas bien?
-Supongo...
-Ven.
Fuimos al salón y yo me senté al lado de Zayla en el sofá y el, delante nuestro en un sillón.
-Como te llamas?
-Tao.
-De donde eres?
-Era de Marklash.
-Eras?
-En Marklash, todos eramos metamorfos, vivíamos bien pero llego un grupo llamado Thires y destruyo todo lo que había, todo el pueblo lucho como pudo pero eran demasiados y empezaron a raptarlos a todos, yo pude escapar y me persiguieron, al no poder cogerme, me pusieron en busca y captura...
-Y quienes eran los que iban contigo?
-Eran unos bandidos que habían visto que me buscaban y me querían llevar ante el jefe de los Thires.
-Esta bien, supongo que te podrás quedar con nosotros.
-Muchas gracias.
-De nada, por cierto, soy Zayla, el es Draysh.
-Encantado.
-Draysh puedes enseñarle su habitación? Voy a comprar para la cena.
-Vale.
-Sígueme.
Lo lleve a la habitación y cerré la puerta detrás de mi.
-Tao, podemos hablar un momento?
-Dime.
-No le digas nada a Zayla.
-Tranquilo.
-A veces, tengo sueños que parecen advertirme de que algo malo va a suceder.
-Algo malo?
-Si, siempre aparece Nightlosh en ruinas, hay muchos cadáveres y entre ellos el de Zayla...
-Y que vas a hacer?
-No lo se, lo único que are sera proteger a Zayla y por las noches, vigilar el pueblo...
-Si quieres te puedo ayudar...
-De acuerdo, vamos, iremos a buscar a Zayla y iremos a comprarte ropa, estas hecho un asco...
-Puedo ducharme antes?
-Claro, puedes considerar que esta es tu casa.
-Gracias.
Después de ducharse, fue al salón donde estaba yo.
Era moreno, sus ojos eran de color miel, su pelo, era rubio y liso pero lo llevaba de punta.
-Ya estoy.
-Vamos.