Capítulo 7: Dioses de la Muerte

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Flashback

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—¿Cómo te atreves a reclamar esas almas? ¡Me pertenecen! —grito Hela encarando a Ares.

—A ti te pertenecen las almas de aquellos que mueren de vejes o de enfermedad, a Odín y Freya le correspondían las almas de los caídos en batalla. Como yo soy Dios de la Guerra y la Muerte, ahora me corresponden a mí.

—¡No! ¡Tú no eres un Æsir!

—Odín me nombró como tal, soy adorado por los germanos y los nórdicos mucho antes de que tú siquiera nacieras. No tienes nada que reclamarme, engendro.

—¿¡Cómo te atreves a faltarle el respeto a mi hija!? —cuestionó Loki mientras Fenrir gruñía.

—¿Cómo se atreven ustedes a venir al Hades a reclamarme algo? —Ares se levantó de su trono, Geri y Freki que se encontraban recostados a sus pies también se irguieron y gruñeron con gran furia a Fenrir pues ellos sabían que él había asesinado a su verdadero amo.

—Controla a tus perros, Ares. —dijo Fenrir con su voz ronca.

—El único perro que debo controlar es aquél —dijo Ares mientras señalaba a Cerbero que también le gruñía a Fenrir—, y dudo mucho que puedas contra él y los lobos al mismo tiempo, verdugo de Odín. Están el Hades donde es sabio obedecerme. Esas almas por derecho son mías, no pueden reclamar, y si descubro que roban tan solo un alma de cualquier guerrero caído que me adore, lo tomaré como una declaración de guerra.

—Vencimos a los Æsir, no te tememos. —dijo Loki.

—Los Æsir estaban débiles ¿Quieres arriesgarte a una guerra contra El Olimpo? Porque dudo que Yahveh vaya a ayudarte esta vez. Última advertencia: acepta que las almas de los guerreros son mi propiedad o te juro que los asesinare y reclamare todas las almas nórdicas para mí.

Loki y Ares mantuvieron una mirada llena de odió mientras los gruñidos de las bestias se hacían más y más intensos.

—Esta bien. —dijo finalmente Loki—. Nos marchamos, Ares.

Fin del Flashback

—He recolectado las almas de cada guerrero creyente en ustedes que ha caído. Tengo a su ejército listo para atacar cuando lo necesiten. Además, mi primo Tritón heredó el puesto de Poseidón como Dios de los Mares y se casó con Dufa, la única hija de Ægir y Ran que sobrevivió al ataque de Los Antiguos. Como su madre y padre murieron, ella tomó su lugar recolectando las almas de aquellos que morían ahogados. Me llevó lo bastante bien con mi primo para pedirle que me preste a los vikingos que están por allí.

—Entonces debemos marchar hacia Asgard con nuestro ejército y aplastar a Loki. —dijo Vali.

—Loki no quería reinar Asgard, él quería verla arder. Considero mucho más probable que se encuentre en Helheim junto a su hija.

—¿Seguro, padre? —pregunto Balder.

—Sí. Loki no está en Asgard.

—Espero no te estés olvidando de alguien importante, padre. —dijo Thor.

—Yahvé.

—Ese bastardo merece un castigo por lo que hizo, y pienso dárselo.

—Ya te venció una vez ¿Qué te hace pensar que ahora será diferente?

—Ya no soy el mismo de antes. Padre, soy un dios de los hombres y Yahvé ha destrozado el espíritu se la humanidad, los que antes eran valientes guerreros ahora son se es asustados y avergonzados se su naturaleza, viven disculpándose por pecados que ellos ni siquiera cometieron, viven dependiendo de alguien que jamás intervendría para ayudarlos. No voy a permitir que ese cobarde siga reinando, voy a destruirlo.

—Veo que tomaste tu decisión. Debemos atacar rápido, Yahvé y Loki ya deben saber que reviviste y deben estar preparándose.

—Debemos planear bien nuestros próximos movimientos. —dijo Thor a lo que todos se le quedaron viendo—. ¿Qué?

—Es raro que tú quieras planear algo. —dijo Odín—. Pero ya tengo el plan armado en mi mente, presten atención.

Thor: El Renacer de un DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora