Noches De Placer.

Capítulo 9.

Capítulo 9.

-¿Como se encuentra?

Midorima Shintaro y su padre salieron recién de atender a Kasamatsu, y no había pasado siquiera un segundo y Kise ya estaba encima de ellos acosándolos con preguntas

-Estable.- dijo el hombre mayor.- Su condición es delicada, esta desnutrido y deshidratado, con varios hematomas y golpes. Pero ya está siendo tratado. Con los medicamentos indicados, una dieta balanceada y descanso se pondrá como nuevo.

A pesar de que trataron de tranquilizarlo el semblante de preocupación de Kise no cambio.-¿Cuanto tiempo tiene que estar aquí?

-Tres o cuatro días a lo mucho, si no hay complicaciones obviamente. Tranquilo Kise, el estará bien. Es joven y se ve que antes de esto era de una condición saludable.

-Gracias señor Midorima.

El hombre se excusó alegando que tenía otros pacientes que ver, dejando solo a su hijo y al amigo de este.

-Así que todo salió bien.- comentó la voz seria de Shintaro.- A Kazunari le agradará saber que todos están bien.

El rubio sonrió.- Hace unos días era Bakao.

Shintaro le hizo una mueca de molestia.- No es a mi a quien debes molestar. Akashi y Murasakibara ya cayeron.

-No importa realmente. Ellos se irán y no volverán. Es mejor no encariñarse.

-Sigue tu propio consejo Kise. Eres el que más encariñado esta.

Kise no le tomo importancia y simplemente entro a la habitación del pelinegro.

Yukio estaba despierto, recostado sobre la cama, con suero y otras sondas conectadas a su cuerpo.

-Hola, ¿Como te sientes?

-Agotado.

Se sentó en la silla que estaba cerca de la cama del pelinegro.- Descansa, el no entrará aquí.

-Lo se... es solo que...- se mordió los labios al no saber qué decir.

-De nada.- comento el rubio son una sonrisa.

Yukio se sorprendió de que Kise supiera a qué se refería, pero agradeció que terminara lo que quería decir.- Jamás podré pagarte todo lo que haz hecho por mi.

-Solo calla y duerme.

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-¿Enserio?, ¿No es una broma?

Shintaro rodó los ojos una vez más.- Que no es broma. Está bien, en el hospital. Kise está con él- el peliverde no pudo terminar de hablar cuando Kazunari se abalanzó sobre él para abrazarlo con brazos y piernas.

-Oh no sabes lo feliz que me haces Shin. ¡Esta bien! ¡Está vivo! Tenía tanto miedo de que Fujita le hiciera algo malo qu-

El peliverde le cubrió la boca para que parara de parlotear.- Cálmate.- exigió con voz seria.- Ahora bájate, estas pesado.

El peliverde lo miró indignado.- Sutil forma de decirme gordo.- soltó del peliverde.- No importa. No me amargaras las buenas noticias. Ire en este momento a-

-¿A donde crees que vas?- sujeto la mano de Kazunari quien se dirigía a la puerta.- No puedes salir y lo sabes.

-Per-

-Sin peros. Me iré a dar una ducha, tu lava la ropa. No tienes ropa limpia y usas la mía y ahora yo no tengo ropa limpia.- comentó apuntando la camiseta que el pelinegro llevaba que obviamente no era de él por lo grande que le quedaba.