Capítulo 8.

1.3K 134 35
                                    


Aquí reportandome con otro cap. Lamento la demora pero llevo una semana de vacaciones y debo volver a la universidad en Marzo asi que mucho descanso no he tenido y he estado de floja toda la semana. 

En fin les dejo el cap espero que les guste, lamento las faltas de ortografia que puedan encontrar.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Capítulo 8.

Yukio estaba recostado contra la pared de esa oscura y húmeda celda. No sabia cuantos tiempo había transcurrido desde que todo sucedió. Podrían ser horas, minutos, tal vez días. Al no tener ni siquiera una rendija por donde la luz entrara, no tenía idea de si era de noche o de día.

Rió con amargura.- No se diferencia mucho de los calabozos de la mansión.- Miró a su alrededor una vez más. Seguramente la celda en donde se encontraba nunca era utilizada. Cuando lo llevaban a la estación de policías vio otro tipo de celdas, con mejores condiciones.

Estaba tan cansado que cuando escucho el sonido de una puerta abrirse ni siquiera miró. Llevaba un tiempo comiendo lo mínimo, eso y los castigos que le daban le habían quitado todas las energías que tenía.

Una luz se posó en su rostro haciendo que cerrara los ojos por lo brillante. La luz dejó ver el estado en que se encontraba, lleno de moretones y golpes.

-¿Que pasa viejo?, Vienes por otra ronda de golpes.- soltó agotado.

-He de admitir tu persistencia Yukio. Otro ya habría dicho la verdad.

El pelinegro se acomodo un poco para poder mirar a su ex jefe.- No tengo nada que decir.

El hombre le pidió al guardia que abriera la puerta de la celda. Fujita entró con confianza al lugar, ya acostumbrado a visitarlo.- Ya me estoy cansando de los juegos.- dijo con voz que denotaba la seriedad de sus palabras.- Solo dime donde esta uno de ellos y todo se soluciona. Retiró los cargos, incluso aceptaría recibirte de nuevo. Sin ninguna represalia.

Yukio lo miro con molestia.- Digo la verdad viejo. No se donde están, y aunque lo supiera no te lo diría. Deja ya de insistir.

Fujita guardó silencio por un par de minutos mientras meditaba algo.- De acuerdo... cambiemos de táctica... ¿Quién te está ayudando?- el pelinegro lo miro con duda en sus ojos.- ¿Quién está apelando a tu libertad?

-No se de lo que hablas.

El hombre se acercó a él y lo tomó de su camisa manchada con sangre.- Antes me solía gustar tu cara de niño bueno...pero ahora solo quiero partirla.- espetó con furia.- Si fuera por mi ya te habrías ido a la peor cárcel de este país, pero alguien te está defendiendo. No te mentiré agradezco el tiempo que me dieron, pensé que te podía sacar algo de información a los golpes, pero no resultó.

El pelinegro lo miró con sorpresa en sus azules orbes. ¿Alguien lo estaba ayudando? Era imposible que fueran sus amigos. Estaba metido en tantos problemas que ni con todo el dinero del mundo podrían sacarlo de ahí. Además, no se expondrían a encontrarse con Fujita, por más que quisieran ayudarlo era demasiado riesgoso.

-¿Seguirás sin hablar?- pregunto el hombre con furia. Ese mocoso había arruinado su negocio. Había quedado expuesto ante toda la ciudad; su reputación estaba por los suelos. Debió haber visto las señales de que algo andaba mal; el buen comportamiento del pelinegro no era normal; que Tatsuya y Ryo desaparecieran el mismo día no era coincidencia, que los amigos del pelinegro desaparecieran durante el incendio tampoco lo era. Había sido tan estúpido.- Lárgate.- le pidió al hombre que seguía parado frente a la celda.

Noches De Placer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora