él.

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Fue la primera vez que sintió que alguien demostraba verdadero interés por ella, eso la hacía feliz, pero también la asustaba. Le encantaba saber las cosas que podría llegar a provocarle a él y lo que hacía con ella. Pensaba en él a todas horas y se preguntaba, ¿Qué estará haciendo en este momento?

Siguió contemplando su rostro dormido, le costaba creer que había tenido a este chico hace un año, pero que hasta este momento lo sentía realmente suyo. Sonrió bobamente y estiró una de sus manos para acariciarle las mejillas, pasó sus dedos entre su cabello negro y la dejó reposar ahí por unos minutos. Quería comerle los labios a besos. Bajó la mano que tenía en su cabeza para acariciar sus gruesos labios; quería morderlos.

—Hmn... —lo escuchó quejarse entre sus sueños, no es la primera vez que ella despertaba y lo escuchaba gruñir.

Se acercó aún más a él y antes de abrazarlo besó su manzana de Adán. Pudo percatarse de que, inconscientemente él también la abrazaba. Eso la hizo sonreír una vez más. Cerró sus ojos y le acarició el tatuaje que tenía en su costado, su mejilla descansaba en el que tiene en su pecho. Nunca le habían llamado la atención realmente los tatuajes, pero le encantaba verlos adornar su piel morena.

—Te quiero —susurró ella con ganas de llorar—. Te quiero muchísimo —dijo una vez más.

Le estaba queriendo tanto que eso hacía que le dieran ganas de llorar, quería estar ahí, con él, a su lado, abrazarlo y percibir la calidez que emanaba su cuerpo, besarle la cara cada vez que gruñera entre sus sueños para calmarlo, hacerle saber que ella estaba ahí para él y que no tenía nada que temer.

Besar cada uno de sus tatuajes, rosarlos con la punta de sus dedos y ayudarlo a decidir cuál podría ser el próximo que adornaría su piel.

Encendió la pantalla de su celular y se fijó en la hora; 2:45am. La llamada aún seguía corriendo, con casi cinco horas desde que lo llamó. Se acurrucó en su cama dejando salir un silencioso suspiro, deseando con todas sus fuerzas que el destino dejara de ser tan perverso, receloso, malvado, egoísta y todos los sinónimos que le siguen; con ella. Quería dejar de imaginar estar con él y sentirlo entre sus brazos de una vez.

—Buenas noches mi amor.

Fue lo último que dijo antes de quedarse dormida.

Esvaziando a mente ☕Where stories live. Discover now