🇩​🇪​🇸​🇪​🇴​🇸​ 🇮​🇳​🇩​🇪​🇨​🇪​🇳​🇹​🇪​🇸​ 🇨​🇴​🇳​ 🇲​🇴​🇷​🇫​🇪​🇴​

6 0 0
                                    

Comenzaba a ver las cosas borrosas y sus ojos se sentían tan pesados que presentía que en cualquier momento los cerraría sin más. Frotó sus ojos por vigésima vez estirando con disimulo su cuerpo, con la esperanza de desperezarse de una vez por todas, pero era inútil. ¿Por qué su trabajo consistía en ver tantos números? Y peor aún... ¿En qué pensaba ella al aceptar aquello?

Achinó los ojos en un intento inútil de enfocar la vista. Saco sus auriculares para escuchar música pero se sentía adormecer aún más.

¿Cuánto tiempo más va a tener que aguantarse?

Ah, apenas y son las 11:19 am, y la hora de salida es a las 4:30 pm...

Oh, sí al menos contara con un Romeo que pudiera ayudarle con esta agonía.

Observó con disimulo la oficina en la que se encontraba, con escritorios a los costados de las paredes, dejando un pasillo vacío en el centro para poder caminar. Giró la cabeza hacia su izquierda, observando a los chicos de esa esquina. Cinco en total, todos son mayores que ella, y, los que le había llamado la atención desde el primer día, bueno, supo que no funcionaría... uno de ellos contaba con un hijo, además de llevarle casi ocho años, y el otro, él, era caso perdido.

Al principio sus esperanzas eran enormes, notó que él era atento y amable con ella, incluso desde el primer día cuando la habían trasladado a esta sección. Ella suspiraba y anhelaba el momento en que una relación amorosa surgiera entre ambos.

Pero nada.

Ese chico era más bipolar que una chica en su periodo. Algunos días era un amor, y otros... un odioso.

Resopló frustrada. Se había resignado a él desde hace mucho tiempo, y ahora puede afirmar que simplemente es, un amigo.

Y los demás chicos...

El resto de ellos simplemente eran muy buenos amigos, ninguno despertaba una chispa en ella. Pero, si al menos tuviera un pretendiente en la misma oficina no tendría este problema, ya que estaría muy ocupada poniéndose nerviosa con su presencia.

Se removió en su asiento, su trasero dolía, y el sueño que sentía solo la hacía sentir más amargada de lo que ya se encontraba, teniendo profundos deseos de levantarse y hacer una rabieta.

Pero en cambio, intento continuar con su labor, necesitaba avanzar con esto o se le acumularía el trabajo, y ya lo había experimentado; no fue una experiencia bonita.

Aunque solo quisiera revolcarse en la cama y hacer de todo con Morfeo. Hacer todas las posiciones posibles del Kamasutra, hasta quedar totalmente satisfecha.

Tal vez no debió desvelarse viendo porno anoche...

Esvaziando a mente ☕Where stories live. Discover now