Tomo el bolígrafo y comienzo a escribir mi informe sobre la última sesión del día. Conforme iba llenando la ficha con los datos del recluso mi mente se centraba en tratar de comprender su comportamiento errático y violento.Mi mente examina cada parte de su rostro en la foto que tenía en mis manos, muchos colegas míos tienen la teoría sobre que el rostro de una persona reflejan sus emociones escondidas, u otra veces muestra la cara oculta, ese otro yo que tenemos escondido en lo más profundo de muestra mente.
Su momento más oscuro fue al hablar sobre el día del homicidio, parte de el perece arrepentirse de sus actos pero la otra mitad siente orgullo de lo sucedido.
La semana transcurrió con lentitud, era día de visita ara algunos reclusos, mis colegas y yo observariamos y estudiariamos por si el comportamiento de algún paciente cambiaba frente a un familiar.
Muchos respondieron positivamente ante sus respectivas visitas, mientras que otros sólo se hundieron más en su propia locura.
El único recluso que no estuvo presente era Mendes. Dirigí mi atención hacia la castaña parada en una esquina del patio, el rector del reclusorio junto a otros guardias la guiaron por otro camino.
Camine detrás de ellos, mi curiosidad nesecitas saber a quién visitaría, y mi sexto sentido sabía perfectamente quien era. Entró a la sala de conferencias que tiene un ventanal donde se puede ver todo de afuera hacia adentro pero del otro lado.
Sólo un guardia se quedó a vigilar, me senté en el pequeño sillón de caucho de la habitación de "examinacion".
El se dedicaba a observarla, ella tenía las manos temblorosas. De un momento a otro comenzaron a hablar, sobre cosas triviales y nada interesantes que indiquen algo sobre su comportamiento, era la primera vez que se veían.
Extraño.
El hizo un movimiento con su mano derecha e hizo que el guardia saliera de la habitación, yo me quedé anotando todo lo que encontrará interesante en mi paciente, que actualmente se había vuelto uno de mis favoritos al analizar.
Habre dejado de mirarlos por al menos 15 minutos para comenzar a escuchar gemidos saliendo por los parlantes de la cabina.
Levanté la vista y lo vi.
Inmediatamente me pare del sofá y camine hasta la puerta, gire la perilla pero esta estaba trabada, seguí intentando lo más que pude, golpee esta misma varías veces por si alguien lograba escucharme. Pero no logre nada.
Vi como entraba en ella y tomaba sus caderas de manera brusca para entrar más a fondo.
Vi como tomo la tocaba, pasando sus manos por todo su cuerpo, mientras que por el mío corría una corriente extraña.
Vi como sus ojos se posaron en los mios y por un momento desee ser la chica sobre la mesa.

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Manicomio; shawn mendes
FanfictionM| "¿Y que si estoy loco? Las mejores personas lo están."