*Capítulo 5*

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Tal vez se pasaron una media hora desayunando juntos, algo que el rubio nunca se hubiera imaginado, mucho menos al conocerlo tan poco. Sanji se había entrenido bastante con alimentar al contrario, quien se había enamorado de las tortillas de huevo y de aquellas extrañas cosas triangulares de arroz. Se veía vulnerable y completamente inofensivo al dejarse alimentar.

Luego de haber acabado con la limpieza de la cocina, Sanji llevó a Zoro hacia el sofá, haciendo que se sentara en él. El día acababa de comenzar, aún le quedaba mucho por enseñarle al tigre, quien no tenía otra opción más que obedecer para poder esconderse allí del zoológico.

- Bueno, es momento de la lección -.

Zoro estaba sentado en el sofá, escuchando con poco interés las palabras del rubio, sabía que querría enseñarle cosas de humanos. Si tomar el tenedor ya era difícil, no quería enterarse de cómo serían las demás cosas. Sanji, por su parte, estaba parado frente al contrario con sus brazos cruzados y con su expresión seria.

- Si vas a vivir aquí, tienes que por lo menos aprender ciertas cosas que los humanos hacemos. Ahora tienes pies y manos, ya no más patas, así que no será muy complicado si practicas -.

El poco interés era muy notorio, tanto que de seguro hasta un ciego podría darse cuenta de ello. Pero al rubio poco le importó, haría que aprendiera algunas cosas a la fuerza, utiliando como amenaza el llamar al zoológico para entregarlo. Estaba completamente seguro de que eso serviría.

- Iba a comenzar por enseñarte a usar los cubiertos, pero estás apestando desde que llegaste y ya no puedo soportarlo, así que ven conmigo -.

El de cabellos verdes entendió en ese mismo momento que iba a bañarse, rápidamente alejándose y escondiéndose debajo de la mesa del comedor con una amenazante mirada. ¡Esto no era un reto para el rubio! Mencionar a Protección Animal fue más que suficiente para convencerlo de tomar un baño. Sanji se sintió victorioso, pero grande fue su sorpresa al recordar que el tigre no tenía la menor idea de como funcionaba el baño de los humanos y que estaba obligado a enseñarle. Por un momento pensó seriamente en aguantar su mal olor, pero por suerte recapacitó antes de que pudiese mencionarlo.

Una vez en el baño comenzó con lo principal, enseñándole a moderar la temperatura del agua y la función que cumplía la bañera, nada complicado. Pero el rubio intentaba tardarse tanto como fuese posible para retrasar la parte de la ropa, lo cual no pudo evitar.

- Bien, ahora me voltearé para que puedas quitarte la ropa y entrar en la tina -. Indicó dándose la vuelta y cruzando sus brazos. - Voy a matarte si me obligas a verte desnudo, así que hazlo rápido y avisame -.

- ¡Como si quisiera que me veas desnudo, imbécil! -. Exclamó sacándose la ropa con rapidez y enojo, además de un pequeño color rosa tiñendo sus mejillas. - Maldito pervertido -. Murmuró apretando sus dientes mientras entraba en la bañera, sentándose y estremeciedose al sentir la cálidez del agua rodearlo. No sabía que podía disfrutar de los baños, en el zoológico no gozabas de un lujo como lo es el agua caliente.

- Voy a ahogarte, demonios -. Se volteó con el ceño fruncido dispuesto a contestar sin miedo, sin embargo, se olvidó de ello cuando vio al contrario tan relajado. Otra vez estaba viéndose sumiso y vulnerable, pero con su guardia siempre atenta. Lo observó por unos segundos hasta volver en sí, subiendo las mangas de su camisa y acercándose al lado de la bañera, arrodillándose en el suelo. - Presta atención porque no volveré a hacer esto -. Parecía no estar escuchando y le extrañó que eso no lo molestara, todo lo contrario, incluso reapareció en su mente la palabra "adorable"

Le explicó paso por paso y cómo se utilizaba cada uno de los productos que allí había, incluso a utilizar una esponja, enseñándole a jabonarse mientras le lavaba su cabello. Ambos estaban en silencio, aunque una que otra vez Sanji hablaba para advertirle sobre el uso del jabón o el shampoo, pero el ambiente no estaba tenso como el día anterior. El rubio disfrutaba de masajear su cabello con sus manos, atreviendose a tocar sus orejas.

- ¿Qué estás haciendo? -. Zoro lo miró con confusión y su ceño fruncido, apartando sus manos. - No me toques, pervertido -. Gruñó.

- Te das cuenta que estás desnudo frente a mi, ¿no es así? -. Sonrió cuando su expresión le indicó que acababa de percatarse de ello, volviendo sus manos a su cabello. - Lávate y deja que termine aquí -. Victoria para Sanji, había ganado uno de varios rounds.

Al terminar con su cabello, Sanji secó sus manos y dejó un par de toallas en un pequeño banquillo que ahí había, al lado del cesto de ropa sucia. Le indicó que usara una de ellas para secarse y envolver su cuerpo en ella, y que lo llamara al terminar. Salió del baño hacia la cocina, donde hirvió agua y preparó una taza de café. Supuso que no podía darle lo mismo a Zoro pues aunque se viese como un humano era un tigre, no sabía cómo era su organismo realmente. Tras pensarlo, decidió no preparar nada hasta que el contrario saliera, de esa forma podría pregutarle. Bebió su café hasta que escuchó que Zoro lo llamaba, yendo escaleras arriba para encontrárselo envuelto en la toalla. Lo guió hasta su habitación y lo hizo sentarse en la cama, tomando la toalla que estaba en su cabeza para ayudarlo a secar su cabello.

- No tengo problema con prestarte mi ropa -. Comentó sin mirarlo. - Pero no puedes usar la misma ropa interior, así que luego iré de compras y te traeré -. Secó con cuidado sus orejas y paseó sus manos por todo su cabello, incluso secando sus patillas y nuca. El tigre no entendía por completo su comportamiendo y, aunque sabía que podía hacerlo por su cuenta, se quedó callado, tan solo observando de reojo al rubio.

Sanji se apartó para buscar algo de ropa que prestarle y se la dejó a un lado de la cama, tomando la toalla que había usado para secar su cabello. - Ponte eso y baja cuando estés listo, estaré preparando la cena -. Hizo una breve pausa. - ¿Sabes? -. Zoro levantó su vista, encontrándose con el rubio sonriendo. - Puede que me acostumbre a vivir contigo -. Sanji acarició el cabello del de cabellos verdes y luego salió de la habitación, sin percatarse de la reacción ajena.

- Qué demonios... -. Murmuró Zoro, sintiendo su rostro arder. Cuando vio la sonrisa del rubio sintió que los latidos de su corazón iban cada vez más rápido, y finalmente se descontrolaron cuando sintió aquella caricia. Su cuerpo se sintió extraño y le molestaba el sentir que una simple caricia no había sido suficiente.

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⏰ Last updated: Mar 31, 2019 ⏰

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Conviviendo con un Animal (SanZo) [RESUBIDA]Where stories live. Discover now