Celoso

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Pov Samuel

Los rayos del sol golpeaban mi cara, abrí los lentamente y traté de pararme, pero un peso encima de mi no me dejaba, al voltear pude ver a Alejandro dormido con uno de sus brazos rodeando mi cintura.

Después de unos minutos observándolo me levante de la cama con el cuidado de no despertarlo, no sabía donde había quedado mi ropa por lo que me puse una sudadera de Ale y mi ropa interior.

-Qué bien te queda mi ropa- dijo mi novio haciendo que pegara un salto por el susto que me dio.

-Lo se, a mi todo me queda P E R F E C T O- dije haciendo una pose graciosa-

-jajajaj, aunque te queda algo grande- dijo haciendo referencia a la sudadera que me quedaba cerca de las rodillas.

- Si, pero me da igual¿Que vamos a desayunar?- pregunté mientras me acercaba a él.

-No lo se¿Que se te antoja?- me pregunto.

-Tú, pero ese no es el punto- le dije jugando y dándole un beso.

-Eso es en otro momento. Ya se, vamos a la playa a desayunar- me dijo dándome otro beso.

-Está bien, es una buena idea- dije yo terminando la conversación.

Pasados unos minutos ya estábamos saliendo de la cabaña rumbo a la playa, y yo aun seguía con su sudadera.

Al llegar a la playa fuimos a unos camastros a acostarnos y empezamos a leer el menú mientras esperábamos a que llegara algún mesero. Unos minutos después llegó una chica cuando ya habíamos decidido.

-Buenos días- dijo la chica

- Buenos días- contestamos Ale y yo al mismo tiempo.

-¿Que van a ordenar? En especial tú guapo- hablo la chica volteándome a ver.

-Si, vamos a pedir un plato de fruta, dos jugos y dos cafés, esos es todo por el momento. Ya te puedes retirar- le contestó Alejandro de forma fría y cortante.

La chica solo lo miro feo y se retiro.

-¿Eso que fue?- pregunté algo extrañado.

-¿De que hablas?- hablo esquivando el tema.

-¿Por que le hablaste así?¿Acaso estás celoso? Le pregunté jugando.

-Se lo merecía por coquetear contigo y celoso ¿yo? Por favor soy cien veces mejor que esa tipa- me dijo con un tono de molestia en su voz

-Oye, tranquilo, yo solo tengo ojos para ti y para nadie más, a parte yo te amo y eso nunca lo dudes- le dije dándole un tierno beso.

-También te amo- dijo mientras se recargaba en mi y cerraba los ojos para calmarse.

Pasado algo de tiempo llegó otro mesero a dejarnos la comida. Al terminar de comer llegó la tía de Ale y ella se ofreció a pagar, más bien nos obligó a dejarla pagar.

Y lo que sobró del día nos la pasamos en la playa.

Amor entre chicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora