Capítulo 7

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Les caían piedras y rocas encima, y les rozaban la ropa y la piel. Cuando faltó poco para que una roca les aplastara a los tres, Sarah extendió las manos hacia arriba, y se formó un campo de fuerza alrededor cubriéndolos a todos. Después, liberó todas las fuerzas que aún le quedaban, y el campo de fuerza estalló propulsándolos a todos hacia arriba, hacia un techo ya inexistente. Sarah y Neuron aterrizaron en arena pura, pero Maite iba a caer otra vez al vacío. La sujetó antes de que cayese. Pesaba mucho. Tenía las manos sudorosas y Maite se escurría de éstas.

- Hagamos esto menos difícil de lo que es, Sarah. - dijo Maite - Adiós.

En unos terribles instantes en los que el cuerpo de su amiga caía al vacío, Sarah contemplaba inerte, arrodillada al borde de la nada, la lluvia de rocas que caían a sus pies. Maite había muerto. Neuron se levantó.

- Que me hayas salvado la vida no es nada más que una tapadera para encubrirte. No te mataré, pero estoy seguro de que nos volveremos a ver.

Y Sarah se quedó sola, intentando averiguar de qué servía la vida en aquellos momentos. Una voz la espabiló.

- ¡¡Sarah!! ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Maite? – gritó a lo lejos la voz de Finn.

- Finn... Maite ha... está...

De repente, Sarah rompió a llorar.

El ambiente era apropiado para la situación. La Gran Pirámide de Keops seguía derrumbándose a su alrededor.

- Kelly y Yanick están heridos, y Jessica y Killian cuidan de ellos. Keops estaba en la sala del trono cuando todo se derrumbó. Nosotros conseguimos salir por las ventanas de las habitaciones, pero él... no consiguió salir a tiempo. Era una leyenda, no lo termino de creer. Pero ahora eso no importa. Hay que ir con los demás.

Difícilmente, Sarah se incorporó y comenzó a caminar. Pasadas las que parecieron horas, divisaron a lo lejos a sus compañeros. Sarah les contó a todos lo ocurrido, salvo cierta parte de lo de Maite... Dijo que había sido aplastada por una roca.

- Sarah, eso debió de haber sido terrible. Lo siento mucho.

- Vale, y ahora ¿qué hacemos? ¿Quedarnos aquí y morir de hambre?

- No. No podemos quedarnos aquí, pero el ''accidente'' no habrá destruido la nave. Ésta a un rato de aquí.

Empezaron a andar otra vez, después de que Sarah descansara un rato. Entraron en la nave, y ella seguía en babia, con los ojos enganchados al suelo. Yanick se puso a los mandos.

- ¿A dónde vamos? – preguntó Jessica.

- A donde el destino nos lleve.

El Reflejo Tras el Espejo 2: Guerra BioprotectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora