Capítulo 10

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- ¡NO! – gritó Jessie.

- Ya he acabado aquí.

Hubo un momento de silencio. Jessica sollozaba, y Killian parecía haberse quedado en shock. Respecto a Finn y Kelly, no sabían qué cara poner, estaban entre la confusión y el horror al ver a un casi desconocido que les había salvado la vida, con una espada en el ojo.

Se dirigió a sus hombres, y dijo con un gesto de cabeza:

- Tirad la isla abajo.

De repente, Sarah sintió un arrebato de furia incalculable, y se dio cuenta de algo:

- Estabas tan cegado en la venganza, que no te has preocupado por nuestros poderes.

Sarah se teletransportó al lado de éste. Erick, ojo avizor, le pegó un codazo en las costillas.

- Me aseguraré de que no salgáis vivos de aquí.

De repente, un gran tornado surgió de la nada, y envolvió a Erick, el cual desapareció. Al instante, todo comenzó a temblar, y la isla empezó a caer. Sarah los liberó a todos, y salieron a la calle.

- Si esta ciudad flotante cae en el agua, se originará el mayor tsunami de todos los tiempos. – Dijo Kelly - Tenemos que impedirlo.

- Vale, y ¿qué podemos hacer nosotros contra una ciudad flotante que se viene abajo? - Dijo Finn.

- ¿Qué posibilidades tenía la tortuga de ganar contra la liebre? - dijo Kelly - Hay que intentarlo.

- Si tuviéramos a Yanick... - sollozó Jessica.

- Yo puedo intentar frenar el descenso - dijo Finn - pero no sabemos cómo se dirige ésta cosa, o si acaso se dirige.

- ¡Mirad! ¡Esos hombres están saliendo de ese edificio! Son los que acompañaban a Erick. Puede que desde ahí hicieran que la isla descendiera - Exclamó Killian - ¡Rápido, vamos!

Sin ser vistos, se colaron en el edificio. Nada más entrar, a la derecha, había unas escaleras que subían al siguiente piso. A la izquierda, había un panel inmenso, el cual tenía miles de botones y palancas.

- Tú puedes, Finn. - Le animó Sarah - Eres nuestra única esperanza.

En una pantalla gigante que tenían enfrente, salía la imagen de la situación de la isla vista desde fuera. Indicaba que quedaban 100 metros para el impacto. Una alarma comenzó a sonar.

Finn pulsaba botones y activaba palancas. Medio minuto después, quedaban 75 metros para impactar. El agua comenzaba a temblar. 50 metros. Todos se ponían nerviosos, y el océano debajo de ellos se revolvía.

- ¡Lo siento! ¡No puedo pararlo!

- Se me ocurre algo... pero es demasiado arriesgado. – Dijo Kelly.

- ¡Dilo! ¡Sea lo que sea, dilo! - Se excitó Sarah.

- Tenemos que destruir la isla. Formando un campo de fuerza desde el núcleo de ésta, Sarah, y haciendo que explote. Sólo así podremos salir vivos de aquí. Cogeremos las naves que hay fuera.

- No sé si podre - Dijo Sarah.

- Sarah. No te preocupes. Tú puedes con ello. De momento, corred todos hacia las naves.

Todos corrieron a fuera y se montaron en una nave. 10 metros, 9, 8...

- Sarah. - Dijo Kelly - Forma un campo de fuerza en el centro de la isla. Cuando te diga ya, hazlo explotar. ¿De acuerdo?

- No sé... No sé hacerlo...

5 metros. Las olas ya habían alcanzado metros y metros de altura. 3, 2...

- ¡Sarah, ya!

- ¡¡No puedo!!

...1, ¡¡BUM!!

- ¡¡Killian, acelera!! - Gritó Jessica.

Olas de 50 metros se alzaban por los cielos. La ciudad flotante estallaba contra el suelo a sus espaldas, y no les quedaba otra que huir a la velocidad del sonido, de lo que llamaban: Fin del mundo.

El Reflejo Tras el Espejo 2: Guerra BioprotectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora