14| 《Louis Weasley》

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"Do you wanna leave everyone in this place for good?"

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Había una vez un chico solitario que solo quería encajar en las etiquetas que la sociedad determinaba, pero no lo conseguía. No se podía decir que ese joven no era atractivo, porque su deslumbrante pelo rubio brillaba más que el Sol, y sus eminentes ojos turquesa eran el sueño de cualquier mujer. Pero él era demasiado triste para que las personas se fijaran en él. Tenía un posado demasiado enigmático, y su característica mueca de añoranza inundaba siempre su rostro. Caminaba como si ya nada importara, como si la vida no tuviera el valor suficiente. ¿Sus amigos? Ellos solo habían desaparecido con el tiempo, al cansarse siempre de ver al mismo joven sin ánimos, al no sentir la emoción de vivir. ¿Su familia? Nada que importara, sus hermanas siempre sumergidas en sus propios problemas, sus padres, trabajando, el chico era solo invisible. Nadie parecía notar que él existía, nadie parecía notar que en realidad, tenía sentimientos. Porque el joven no quería demostrar cuanto le afectaba que nadie hablara con él.
Pero un día, cuando parecía que ya nada iba a cambiar, llegó una nueva persona dispuesta a cambiar su vida, a mejorarla y a enseñarle a nuestro protagonista, que la vida sí que valía la pena.

—Esta es Alice, Louis, va ha pasar las vacaciones con nosotros porque su padre, el profesor Longbottom, tiene que viajar a España. —Le había dicho su madre, una francesa llena de sonrisas, aquella mañana de julio, señalándole a la tímida rubia que estaba parada en la puerta.

Louis no le sonrió, él nunca lo hacía, pensaba que era un esfuerzo inútil. Se limitó mirarla con superioridad y examinarla lentamente. Y puede que solo fuera su impresión, pero sintió como una sensación de confort lo invadió.

—Está bien,  mamá —le contestó el chico, aún observando a la extraña chica.

Al principio no le dio mucha importancia a su presencia, pero iban pasando las semanas y los encuentros con Alice eran cada vez más frecuentes. Ella siempre estaba sonriendo, y lo miraba con esa luz en sus ojos tan característica de ella. El rubio cada vez se sentía más fascinado por ella, hasta que un día empezaron a hablar. La chica le explicó que no tenía amigos, que todos la consideraban una molestia, y Louis, al fin, se sintió comprendido. Y luego vino su primer beso, y ese beso se convirtieron en muchos más. Eso derivó a veladas bajo las estrellas y a extrañas caminatas por el bosque. Ella lo hacía feliz. Él ya no se sentía solo, ahora sonreía. Y a partir de entonces, ese chico solitario se convirtió en alguien. 

(...)

Louis recordaba perfectamente la muerte de sus abuelos, como había llorado durante días, buscando que alguien lo consolara, pero nadie lo hizo. A la gente le asusta enfrentarse a la tristeza, le asusta pensar que se la pueden contagiar, que nada se puede arreglar fácilmente. Y el miedo de sus seres queridos perjudicó al chico, que solo buscaba un abrazo en esos tiempos. Y ese sentimiento de inclusión que tanto buscó cuando las personas más importantes de su vida se fueron sin dejar rastro,  se lo dio su querida Alice años después. Aún sin entender el porqué, Louis consideraba que ella era su ángel, la única que de verdad lo entendía. Porque los demás eran irrelevantes en la vida del joven.  Louis llegó a pensar que algo iba mal en su cabeza, porque solo le importaba su gloriosa chica, hasta el punto de llegar a obsesionarse con ella.

 —¿En qué piensas? —le preguntó Alice mientras le tocaba el pelo esa tarde de agosto.

Se encontraban sentados bajo el árbol que los había visto enamorarse aquel verano, que había visto sus besos y sus caricias. Ese pequeño tronco había observado como sus sentimientos por la rubia crecían, y como su amor se iba haciendo más y más fuerte.

Generation Why | HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora