Cap6- Mi primer beso

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Cómo toda cristiana, siempre supe que después de ser libre de alguna práctica que desagradaba a Dios, siempre era necesario volver a ser tentado en eso para ver si verdaderamente estabas dispuesto a exterminar esa área que te tenía preso al pecado.

Una semana después, me levanté y me dirigí al colegio, ya faltaba poco para terminar el año escolar así que las clases eran relativamente cortas, habían días en donde sólo dábamos dos o tres horas de clases y después nos devolvíamos a la casa. Este era uno de esos días... después de terminar la clase de biología con el profesor Andrés (con el que tenía los pensamientos eróticos), todos salimos de nuestro salón con destino a nuestros hogares, pero mientras caminaba por el pasillo con mi amiga Daniela, el profesor Andrés me llamó.

-¡Ana! -grito mientras me llamaba con sus manos

-giré  mi rostro apresuradamente hacia donde me llamaban -¿sí? ¡Dígame, profe!

-¡ven! -susurro mientras seguía llamándome con las manos

-¿te espero? -me preguntó Daniela con un poco de incomodidad en su rostro

-no, sigue adelante que cuando yo llegué a mi casa te aviso por mensaje de texto para que llegues a la mía -le di unos cuadernos de ella que tenía en mi morral y me despedí.

-ok, no te tardes -me susurro en el oído mientras nos despedíamos.

Camine apresuradamente con alegría y entusiasmo al salón de mi profesor, me encantaba mi profesor en todo el sentido de la palabra, era apuesto, gracioso, con una barba que me enloquecía y lo mejor era que no era inmaduro como mis demás compañero "estaba dispuesta a hacer lo que él me pidiera"

-¡hola Ana! Te llame porque necesitó un favor urgente y pues creo que la indicada eres tú...

-sí, dígame que es profe, -Sonreí de oreja a oreja

-jajaja ok mira, sabes que se está terminando el año ¿verdad?, lo que pasa es que me toca pasar un montón de calificaciones de los alumnos a la plataforma de la institución en internet.

-ok, ¿para que soy buena? -nos reímos al mismo tiempo

-Jajajaja, mira, pensé que eras la indicada en ayudarme ya que eres inteligente, honesta y si pongo a otro estudiante sé que le cambiara la nota a sus amigos en caso tal ellos vayan mal.

-Jajaja ¡hay profe! -me ruborice demasiado

-además eres hija de pastores y conozco a tus papas y si pasa algo raro en las notas se lo digo a ellos -entrecerró sus ojos y me miró fijamente con broma

Mmmm -la sonrisa se me borro disimuladamente (no me gustaba que me dijeran "la hija del pastor")

Comenzamos a pasar las calificaciones a la página y hubo un momento en donde me quede observándolo casi que hipnotizada. Era tan hermoso y se veía tan serio haciendo su trabajo, pero justo cuando lo veía detalladamente el voltio su mirada hacia mí y nos quedamos mirándonos fijamente...

- No me había dado cuenta de los lindos ojos que tienes -dijo Andrés con mucha picardía

-me ruborice -y usted unos sexys... -me acerque y lo bese delicadamente -labios -me separe terminando esa frase

-¿porque hiciste eso? -preguntó Andrés tocando sus labios

-disculpe profe, si no le gusto perdóneme -estaba muy apenada

-no Ana, no me gusto, ¡me encanto! -sonrió -ahora es mi turno.

Andrés soltó el computador y comenzó a besarme apasionadamente. Agarro mí rostro, metió su mano por debajo de mi falda y a la vez que succionaba mi labio inferior yo le desabotonaba la ajustada camisa de rayas azules que traía puesta, luego detener su camisa en mis manos, con la yema de mis dedos comencé a acariciar muy lentamente su pecho. Pude sentir como se encendía el fuerte fuego de la pasión en mi profesor que tarde o temprano yo tendría que apagar. Estaba temblando y a la vez estaba muy emocionada (era mi sueño estar con mi profesor Andrés) nunca antes nadie me había besado, estaba súper excitada. Me dirigí a su cuello dejando un tierno camino de delicados besos por todo su abdomen y  pectorales hasta llegar a su parte púbica. Era la primera vez que veía un pene que no fuera el de mis hermanos. Desde abajo mire el rostro de mi profesor y vi que tenía los ojos cerrados y que su respiración era demasiada agitada. Ya estaba lista para cumplir uno de mis tantos pensamientos eróticos... cuando de repente escuchamos unos pasos, eran los pasos de la muchacha que le hacia el aseo a la escuela, miramos hacia la puerta y estaba cerrada con llave, "uff" suspiramos de tranquilidad, pero la aseadora desgraciadamente comenzó a tocar la puerta muy fuerte y a preguntar -¿quiénes están allí?

-¡Rayos! Nos descubrieron -susurré súper asustada

-¡cállate Ana! -Andrés me tapo la boca

Continuara.......

 

EL DIARIO DE LA HIJA DEL PASTOR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora